Envuelto en una sábana, con cortes de arma blanca y un golpe en la cabeza. Así encontraron bajo tierra patagónica a Fabián Gutiérrez, un ex secretario personal de la ex presidenta y actual vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Dos años atrás, Guitérrez había declarado en calidad de "arrepentido" en una resonante causa por supuestos actos de corrupción en la obra pública durante las administraciones kirchneristas (2003-15). Nunca aportó revelaciones importantes. Cuando el ex secretario de Obras Públicas, José López, lo señaló como la persona que le había dado el bolso con nueve millones de dólares con el cual fue él encontrado cuando intentaba esconderlo en un convento, Gutiérrez pudo demostrar que la acusación era falsa. López devino "testigo protegido" con el entusiasta patrocinio del Gobierno de derechas (2015-29) de Mauricio Macri. Gutiérrez, quien había acumulado una fortuna indisimulable, tuvo entonces mayor suerte que López: evitó la cárcel y se fue a la provincia austral de Santa Cruz donde los Kirchner iniciaron su ascenso al poder. Su muerte ha provocado fuerte impacto mediático. La oposición al presidente Alberto Fernández no se demoró en divulgar historias conspirativas sobre su deceso. Han buscado vincular el crimen con la actual vicepresidenta. Para Juntos por el Cambio, el episodio adquiere gravedad institucional y pidió que se aparte la fiscal a la fiscal por ser sobrina de Cristina Kirchner.

El ministro del Interior, Santiago Cafiero, sostuvo que el macrismo intenta sacar provecho político con la "tergiversación y manipulación" de los hechos. "La sola idea de que el Gobierno nacional tiene responsabilidad es, definitivamente, repulsiva", dijo Cafiero y añadió: "el modo en que pretenden falsearse la realidad para lograr la confusión pública es penoso".

Por el momento, el juez Carlos Narvarte contempla diversas hipótesis, entre ellas la de una tentativa de robo extorsivo con final violento. De acuerdo con el portal El Cohete a la Luna, Gutiérrez había comenzado un vínculo amoroso con uno de los dos jóvenes detenidos.

UN ESCÁNDALO PARALELO

"En política no vale todo porque no hay fin que justifique los medios. Tampoco las redes sociales se pensaron para difundir la mentira", dijo Cafiero. El ministro no pasó por alto los momentos de tensión que se viven en este país pese a los rigores de la cuarentena. En estos días en que en los tribunales nacionales se ventilan presuntos mecanismos que vincularían a servicios de inteligencia, periodistas y magistrados en la promoción de falsas acusaciones penales, la responsabilidad política debería multiplicarse".

Cafiero hizo una inequívoca referencia al escándalo por espionaje ilegal contra opositores, sindicalistas, e incluso oficialistas, bajo la presidencia de Macri. Ya hay 22 personas bajo proceso, entre ellas dos secretarios del ex mandatario. La exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirma que la causa judicial es una "venganza" del kirchnerismo que, a la vez, intenta blindar a Fernández de Kirchner, quien tiene varios juicios pendientes.

La relación de Macri con hechos de espionaje no es nueva. Durante sus años de alcalde de la ciudad de Buenos Aires (2007-15), tuvo que presentarse ante un juez por una causa de seguimiento ilegal del parapsicólogo Néstor Leonardo, por entonces pareja de su hermana Sandra. En aquella oportunidad, la responsabilidad por la intromisión en la vida privada del cuñado con habilidades paranormales recayó sobre el jefe del clan familiar, el magnate Franco Macri. Al mismo tiempo, estuvo involucrado en un caso de escuchas telefónicas a dirigentes de la comunidad judía. En esa causa estuvo procesado su jefe de policía, Jorge Palacios. Solo recién después de llegar al Ejecutivo Nacional, a fines de 2015, Macri fue desligado de un expediente que terminó siendo arrojado al cesto de basura.

En uno de sus primeras resoluciones como mandatario electo, Macri designó al frente de los servicios de inteligencia a Gustavo Arribas, un empresario futbolístico sin ninguna experiencia en la materia y con quien tenía relaciones personales desde sus años como presidente de Boca Juniors.