El emperador japonés, Akihito, abdicará el 30 de abril del 2019 después de tres décadas de reinado. El primer ministro, Shinzo Abe, fue ayer el encargado de hacer pública la decisión y declaró que se trata de «la primera vez que un emperador se retira del trono en los últimos 200 años».

Un comité de 10 abogados de la casa imperial, miembros de la realeza y jueces de la Corte Suprema se reunieron ayer con Abe para acordar los detalles y la fecha de la abdicación del emperador. Su hijo, el príncipe Naruhito, de 57 años, le sucederá en el trono.

Akihito, que en diciembre cumplirá 84 años, ascendió al trono en 1990 tras la muerte de su padre. Tras sufrir un cáncer de próstata y una operación de corazón, ya advirtió el año pasado de que su débil estado de salud podía pasarle factura y dificultar el cumplimiento de sus deberes como emperador. El emperador nipón, que carece de poder político, es definido en la Constitución como un «símbolo del Estado y de la unidad de la gente». Su padre, el emperador Hirohito, reinó durante la segunda guerra mundial y hasta que falleció en 1989. Akihito ha intentado durante su mandato suavizar las consecuencias devastadoras de la guerra y reparar los daños de las víctimas. En 1992, Akihito fue el primer emperador japonés en visitar China, donde lamentó la actuación de su país durante la guerra.

En Japón, un nuevo ocupante del Trono de Crisantemo conlleva también un cambio de era, la cual recibe a su vez un nombre específico que sirve también para referirse al monarca de forma póstuma.

La era actual, denominada heisei o paz, se inició el 8 de enero de 1989, el día después del fallecimiento de Hirohito, anterior emperador y padre de Akihito. La nueva era marcada comenzará en mayo de 2019, y será bautizada con un nombre que se decidirá previsiblemente el año próximo.