El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, anunció ayer que el traslado de la embajada estadounidense de Tel-Aviv a Jerusalén se producirá antes de final del 2019. Pence hizo esta declaración durante un discurso en la Knesset, el Parlamento de Israel, donde se encuentra de visita. Los diputados israelís acogieron el anuncio con un fuerte aplauso. El dirigente estadounidense reiteró que «Jerusalén es la capital de Israel».

Momentos antes, cuando Pence iniciaba su intervención, una docena de diputados árabes de la Knesset fueron expulsados de la Cámara en medio de una bronca descomunal cuando se levantaron exhibiendo carteles que proclamaban que Jerusalén Este es la capital de Palestina.

RELANZAR LA NEGOCIACIÓN / Mientras esto ocurría, los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE), se reunían en Bruselas con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, y ratificaban el apoyo europeo a que el futuro Estado palestino tenga la capitalidad en Jerusalén Este. Pero la UE busca relanzar las negociaciones de paz. En diciembre escuchó al primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, y ayer recibió a Abbás para hablar sobre cómo desatascar un proceso que lleva años estancado. El líder palestino pidió el reconocimiento del Estado palestino como vía hacia la paz.

«Respetamos la posición de la UE y pensamos que es un socio verdadero y amigo. Pedimos a los estados miembros que reconozcan lo antes posible al Estado de Palestina. No hay contradicción entre el reconocimiento y la reanudación de las negociaciones», aseguró Abbás. El líder palestino considera que este gesto europeo podría abrir «las puertas a la paz» y «animar al pueblo palestino» en un momento de estancamiento total de las negociaciones.

Pero al igual que Netanyahu el pasado 11 de diciembre, cuando pidió a la UE el reconocimiento europeo de Jerusalén como capital de Israel, Abbás se llevó el «no» por respuesta. El motivo es que los 28 siguen discrepando sobre la idoneidad de reconocer a Palestina, algo que solo han hecho una decena de estados miembros, entre los que figuran Suecia, Chipre, Malta y algunos socios del Este. Otros, como Francia o el Reino Unido, solo lo harán en el marco del proceso de paz y como resultado de un eventual acuerdo entre israelís y palestinos que hoy por hoy no está en el horizonte.

El único gesto que la UE podría hacer, aunque tampoco estuvo sobre la mesa durante la reunión con Abbás, es la posibilidad de negociar un Acuerdo de Asociación entre la UE y la ANP, como el que ya existe con Israel. Una señal positiva, a juicio de Francia, que otros socios como España están dispuestos a examinar, aunque el asunto «no está maduro», admiten fuentes diplomáticas, y solo podría firmarse una vez se constituyera el Estado palestino.

Un mensaje simbólico aunque importante para los palestinos tras la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. «Claramente hay un problema con Jerusalén, diciéndolo con un eufemismo diplomático», reconoció la alta representante para la política exterior de la UE. Aun así, Federica Mogherini no se tomó mal el anuncio del traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén. «No es ninguna bofetada. La posición era conocida», opinó. Mogherini volvió a reconocer que «la única solución pragmática y realista para Jerusalén debe venir de negociaciones directas» y que «debe ser la capital de los dos estados».