La elección del próximo presidente del Parlamento Europeo, sucesor de Antonio Tajani, tendrá lugar el miércoles tres de julio, incluso si los líderes europeos no llegan a un acuerdo para designar al presidente de la Comisión Europea, según ha anunciado un portavoz, quien ha afirmado que "de ninguna manera se modificará" la decisión de celebrar la votación el 3 de julio. La decisión no ha gustado a muchos de los líderes de la Unión Europea, que hubieran preferido que la elección del presidente de la Cámara tuviera lugar después de haber escogido al de la Comisión.

Sin embargo, el Parlamento ha pospuesto hasta el martes a las 20.00h la fecha límite para que los parlamentarios propongan sus candidaturas para participar en la primera ronda de votaciones el miércoles.

Reparto de cargos

En un principio, los líderes europeos que asistieron a la cumbre del G-20 acordaron repartirse los altos cargos de la UE de forma que la presidencia de la Comisión caería en manos del socialdemócrata holandés, Frans Timmermans, del grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, al cual pertenece el PSOE. El Partido Popular Europeo continuaría ostentando la presidencia del Parlamento Europeo, de la mano del alemán Manfred Weber, postulándose como sucesor del también popular Tajani.

Los populares, el grupo más votado en las pasadas elecciones del 26-M también pasarían a ostentar el cargo de alto representante para la política exterior de la UE, un cargo que desde su creación ha estado siempre en manos de los socialistas y que hasta ahora ostentaba la italiana Federica Mogherini. Por otro lado, la presidencia del Consejo Europeo, que ahora también ostentaba el PPE con Donald Tusk, podría cederse al grupo liberal, seguramente al belga Charles Michael.

Sin embargo las intenciones de los líderes España, Holanda, Alemania y Francia se vieron truncados por la firme oposición de los países del grupo de Visegrado -Polónia, Hungría, República Checa y Eslovaquia-, quienes consideran a Timmermans que "divide Europa y no entiende a Europa central". No fueron los únicos que se posicionaron en contra del acuerdo inicial, pues varios miembros del PPE rompieron filas con canciller alemana Angela Merkel por haber aceptado, sin una consulta interna previa, un acuerdo que consideran insuficiente para el partido más votado en el 26-M.