El mar Negro es, junto con la región del Báltico, el escenario donde las fuerzas militares de Rusia, la OTAN y EEUU se están viendo las caras en esta reedición de la guerra fría. La VI Flota estadounidense acaba de anunciar el envío del destructor 'USS Carney' a esas aguas con el objetivo de "llevar a cabo operaciones marítimas de seguridad".

El navío, capaz de disparar misiles guiados, se unirá al también destructor 'USS Ross', que ya opera en la zona. Será la primera ocasión en meses en que la Marina de EEUU mantenga a dos buques de guerra surcando las aguas del mar Negro, mientras los incidentes y las intercepciones de aviones se multiplican en la región.

Rusia tampoco ha querido quedarse atrás y ha informado de "ejercicios militares" en la zona con la fragata 'Almirante Essen' y dos patrulleras.

La anexión y militarización de Crimea

Una fuente militar estadounidense ha informado a la cadena CNN, la primera que informó de la noticia, que el envío de buques responde a la voluntad de "habituar a Rusia" a la presencia de fuerzas estadounidenses en el mar Negro. Se trata de una región estratégica para el Kremlin. Gracias a la anexión de Crimea en el 2014, Rusia ha doblado prácticamente su linea de costa en este mar interior, plataforma que le permite proyectar su poderío naval incluso al mar Mediterráneo oriental, algo no visto desde el final de la guerra fría en el siglo anterior.

Según fuentes de defensa occidentales, el Kremlin está militarizando, y a gran velocidad, la península anexionada hace ya casi cuatro años, desplegando tropas y armamento en un territorio cuya soberanía rusa tan solo reconocen un puñado de países en Asia y África, entre ellos Siria, Zimbabue y Corea del Norte.

Los incidentes en la zona entre ambas aviaciones no dejan de multiplicarse. Se acaba de saber que un caza Sujói SU-27 interceptó un avión de reconocimiento Lockheed EP-3 de vigilancia en el espacio aéreo internacional, una maniobra que los mandos militares de EEUU calificaron de "insegura".