Una de las voces que se ha alzado contundentemente contra la política de separación de menores inmigrantes de sus padres ha sido la del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, un órgano que se da por seguro que la Administración de Donald Trump va a abandonar. Según fuentes diplomáticas de ‘The Washington Post’ esa salida está “prácticamente decidida” y lo único que queda por determinar en Washington es cuándo dar el paso.

Este lunes, ha sido el príncipe jordano Zeid Ra’ad al-Hussein, alto comisionado de Derechos Humanos, quien ha aprovechado la apertura en Ginebra de la segunda de las tres reuniones anuales del Consejo para denunciar lo que está haciendo EEUU en la frontera con México. “Pensar que ningún estado busque disuadir a padres inflingiendo tal abuso en los niños es inadmisible”, ha dicho.

Ya a principios de mes la portavoz del Consejo, Ravina Shamdasani, había recordado a EEUU que “usar la detención de inmigración y la separación de familia como disuasión va contra los principios y estándares de los derechos humanos” y denunció la práctica como “una violación seria de los derechos del niño”. Entonces la embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, contratacó declarando: “Ni Naciones Unidas ni nadie más dictará cómo EEUU defiende sus fronteras”.

Es Haley, precisamente, quien está abogando más porque EEUU abandone el Consejo de Derechos Humanos, en el que están representadas 47 naciones y que tiene su forma actual desde el 2006. El tema central en ese impulso no es la inmigración, sino lo que Washington denuncia como “críticas injustas hacia Israel”, que ha sido condenado en 70 resoluciones en estos 12 años (diez veces más que, por ejemplo, Irán). Asimismo, Washington quiere que se evite que gobiernos autoritarios puedan formar parte del órgano, en el que actualmente están representados, entre otros, Venezuela, Arabia Saudí, Cuba o China. Desde 2006 ningún país lo ha abandonado voluntariamente y solo fue expulsada Libia.

EEUU, que ya se salió de la UNESCO criticando sus "continuas posiciones antiisraelís", podría optar por una salida completa. Esa es, según fuentes diplomáticas de Associated Press, la fórmula preferida por Haley, que ya el año pasado criticó al órgano como un “foro para política, hipocresía y evasión”. Otra posibilidad es que Washington decida quedarse pero solo como estado observador sin derecho a voto.

El anuncio podría llegar este mismo martes, dos días antes de que en la reunión de Ginebra se presente un informe del relator especial de la pobreza de la ONU, Philip Alston, sobre la situación en EEUU que critica duramente las políticas de la Administración de Trump, un presidente que está forzando las costuras del orden internacional.