El primer mensaje público lanzado por el nuevo jefe del Pentágono, James Mattis, en su estreno en una reunión ministerial de la OTAN fue de calma. «La Alianza sigue siendo una piedra angular fundamental para Estados Unidos». Pero a puerta cerrada, ante sus nuevos colegas, el nuevo secretario de Defensa de Trump fue directo al grano: o los aliados gastan más en defensa o EEUU moderará su contribución.

«América cumplirá con sus responsabilidades (...), pero cada una de vuestras capitales debe mostrar apoyo a nuestra defensa común», advirtió Mattis en su primer encuentro con los ministros de Defensa de la OTAN. El que fuera comandante supremo de Transformación de la Alianza Atlántica entre el 2007 y el 2009 insistió en que EEUU no puede hacer solo el trabajo y que todos deben contribuir de forma justa.

«Es absolutamente apropiado que todos los que se benefician de la mejor defensa del mundo asuman su parte proporcional del coste necesario de defender su libertad»», explicó Mattis sobre la principal demanda de la nueva Administración del presidente Donald Trump.

Los países de la OTAN se comprometieron en septiembre del 2014 a destinar el 2% del PIB a defensa para el 2024, pero hasta ahora, según recordó Mattis, solo cinco han alcanzado ese porcentaje: EEUU, Grecia, Reino Unido, Estonia y Polonia. «Los contribuyentes americanos no pueden asumir una parte desproporcionada de la defensa de los valores occidentales», espetó Mattis en un duro discurso plagado de advertencias.

Entre los países que menos gastaron en defensa en el 2016 se encuentra España (0,91%), únicamente por delante de Bélgica y Luxemburgo. Aun así, Dolores de Cospedal aseguró que el Gobierno español mantendrá su compromiso de ir acercándose al 2%. «Tenemos intención de cumplirlo e iremos hablando poco a poco de cómo se va a perfeccionar», explicó la ministra.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció el martes que el aumento del gasto en defensa de los países aliados y Canadá fue el año pasado superior a lo esperado y que alcanzó el 3,8% o unos 10.000 millones de dólares, aunque las cifras detalladas no se conocerán hasta el próximo mes de marzo. «Es significativo pero no es suficiente», insistió Stoltenberg, alineándose con la Casa Blanca y recordando que esta ha sido su prioridad desde que asumió el cargo en el 2014.