El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha expresado su intención de cambiar el nombre del país con el propósito de eliminar su connotación colonial. El archipiélago asiático fue bautizado así en 1543, en honor al entonces futuro rey de España Felipe II.

Según Duterte, el nombre de Filipinas, ligado a la herencia hispánica y cristiana, discrimina a la comunidad musulmana filipina, que se concentra principalmente en la isla sureña de Mindanao.

"No tengo un nombre particular todavía, pero me gustaría cambiarlo porque se debe al rey Felipe de España", explicó la noche del domingo Duterte en un acto en la provincia sureña de Basilan, aunque hace un par de semanas sugirió rebautizar el país como Maharlika, que hace referencia al pasado prehispánico de Filipinas.

UN NOMBRE MALAYO

Maharlika era el término malayo que aludía a las primeras civilizaciones feudales que habitaron la isla de Luzón, la más extensa de Filipinas, antes de la colonización de los españoles, que se prolongó más de tres siglos, hasta 1898. "Ha pasado ya mucho tiempo. Hay muchos otros nombres. En Mindanao o Luzón no queda islam, fuimos convertidos brutalmente. Los españoles mataron a todo aquel que no quería ser cristiano", señaló el mandatario.

No es la primera vez que un presidente propone cambiar el nombre del archipielago. El fallecido dictador filipino Ferdinand Marcos, del que Duterte es admirador declarado, también intentó durante su extenso mandato modificar la denominación actual del país por Maharlika.

La actual Constitución de 1987 permite cambiar el nombre del país si el Congreso se pone de acuerdo y luego se ratifica en un referéndum por una mayoría de la población.