Colombia se prepara para una elección que, según auguran las encuestas, no debería deparar mayores sorpresas. Si las predicciones se cumplen y mañana no irrumpe un voto escondido, la derecha volverá al poder de la mano de Iván Duque. Desde que días atrás Guarumo-EcoAnalítica le auguró el 53,5% de las adhesiones, contra el 36% de Gustavo Petro, Duque, el candidato de Centro Democrático, degusta su por anticipado su victoria, sin palpitaciones ni zozobras. Otras seis consultoras sitúan también al delfín de Álvaro Uribe entre los 53 y 46 puntos, a una distancia considerable de su rival de izquierdas. Esos números le bastaron para evitar en la recta final cualquier contratiempo que pudiera reducir la brecha o hacer que los indecisos terminen inclinándose a favor de Petro. La suspensión a último momento del debate entre los aspirantes a reemplazar a Juan Manuel Santos el próximo 7 de agosto obedece fundamentalmente a esa decisión de minimizar los costos a horas de la segunda vuelta. El comando de campaña de Petro reclamó en vano que se cumpla la ley y los contendientes discutan cara a cara frente a la sociedad.

Cerrada formalmente la campaña, Duque se dejará no obstante ver en Bogotá, la ciudad que administró Petro y en la que quedó en tercer lugar en la primera vuelta de fines de mayo. Este sábado asistirá a una celebración litúrgica en Chiquinquirá (Boyacá). Agradecerle a la Virgen Patrona de Colombia en las vísperas de los comicios no será solo un acto devocional. “Esto es contacto con la gente”, han dicho sus asesores. Petro, por su parte, decidió recorrer Antioquia y el llamado Eje Cafetero, las regiones donde peor le fue. Cerca suyo creen que el respaldo del senador electo Antanas Mockus puede contribuir a hacer realidad lo que a estas alturas se ve como un milagro electoral. Parte de sus esfuerzos se concentrarán en las redes sociales que consumen especialmente los jóvenes.

El voto en blanco

Uno de los interrogantes que se dilucidará el domingo tiene que ver con la magnitud del voto en blanco. Los sondeos estiman que llegará a casi el 14% del padrón electoral. Sin embargo, no faltan quienes le auguran un porcentual mayor teniendo en cuenta que dos aspirantes a la presidencia que quedaron en el camino Sergio Fajardo, de centro izquierda, (23,7%) y Humberto de la Calle (2,5%), el ex negociador del proceso de paz con las FARC, hicieron público que no apoyaran a ninguno de los postulantes en la segunda vuelta. En total, ellos reunieron 4,5 millones de adhesiones.

El juez del Consejo Nacional Electoral, Armando Novoa, advirtió que si el voto blanco fuera muy importante se produciría “una enorme crisis de legitimidad democrática”. Petro dijo que votar en blanco es anunciar una autoderrota. Otros consideraron que puede incidir negativamente en el proceso de paz. Fajardo se sintió aludido y recordó que votó a favor del proceso de paz y rechazó por falaz el argumento que su opción el domingo lo convierte en culpable de la guerra “Es un comentario totalmente errado”.

El problema de la paz

La suerte del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y las FARC no es ajena al resultado electoral. Ivan Duque anticipó que realizará las “las modificaciones necesarias” del pacto suscrito en La Habana. Duque no quiere ver sentados en el Congreso a ex comandantes de la guerrilla ni garantizar los beneficios judiciales. La ex FARC ya tiene otra razón para inquietarse. A los problemas de implementación de los acuerdos se suman la muerte de 40 ex insurgentes desde que se firmó la paz.