Jeff Bezos, fundador de Amazon, dueño de The Washington Post, y el hombre más rico del mundo, ha acusado a American Media Inc. (AMI), la empresa editora del tabloide National Enquirer, de «extorsión y chantaje». Lo hizo en una extraordinaria denuncia que ha sacudido Estados Unidos, pues el escándalo va mucho más allá del sonado divorcio de Bezos de su esposa MacKenzie Bezos, tras el que late la relación extramarital que el empresario empezó con Lauren Sánchez y de la que el tabloide ya publicó mensajes privados. La revelación remueve de nuevo las fangosas aguas estancadas en Washington desde la irrupción en la política de Donald Trump, una miasma de corrupción, cuestionables métodos e intrigas internacionales que está siendo objeto de investigaciones federales.

Bezos, que había puesto en marcha una investigación para determinar cómo el Enquirer obtuvo sus mensajes privados, denunció en un post en Medium el jueves que AMI le había amenazado con publicar imágenes explícitas que cruzó con Sánchez si él y su investigador no afirmaban públicamente que «no tenían conocimiento o base para sugerir que la cobertura estaba políticamente motivada o influenciada por fuerzas políticas». Apoyó la denuncia haciendo públicos los mensajes que había recibido.

Bezos hace un repaso de las implicaciones políticas de este caso. El consejero delegado de AMI es David Pecker, que durante años fue amigo personal de Trump y ha usado a menudo el Enquirer para ayudarle. En la campaña presidencial, por ejemplo, AMI pagó 150.000 dólares a Karen McDougal para suprimir la publicación de cualquier historia de la antigua modelo de Playboy sobre la relación sexual que asegura que tuvo con el ahora presidente. El año pasado, y como parte de un acuerdo para colaborar con investigadores federales que estudian ese y otros pagos realizados por Michael Cohen, exabogado personal de Trump, AMI logró inmunidad del Departamento de Justicia pese a que el pago a McDougal, realizado a petición de Cohen por instrucción de Trump, se considera una contribución ilegal de campaña y la empresa reconoció que lo hizo «para influir en las elecciones».

Bezos pone también un foco de sospecha sobre Arabia Saudí. Subraya que «es indudablemente impopular en algunos círculos» la cobertura que el Post ha hecho sobre el asesinato de su columnista Jamal Khashoggi, un crimen en el que la inteligencia de EEUU ve responsabilidad del príncipe Mohammed Bin Salman. Bezos recuerda que Pecker y su compañía han sido investigados por acciones emprendidas a favor del gobierno de Riad.

Tras la denuncia de Bezos, Ronan Farrow, que ha expuesto en The New Yorker las tácticas de Pecker, AMI y el Enquirer para ayudar a Trump, aseguró que él «y otro prominente periodista» también han sufrido intentos de extorsión por la compañía.