Dos hermanas saudís que llegaron a Hong Kong huyendo de su país en septiembre de 2018 denunciaron que sus pasaportes han sido invalidados y que su período de estancia legal en la excolonia británica expira el próximo día 28, informan hoy medios locales.

Las dos mujeres, de 18 y 20 años y que han adoptado los alias de 'Rawan' y 'Reem', aseguran que huyeron de su país para "garantizar su seguridad" y que han renunciado a su fe islámica, hecho que "sería considerado apostasía por el Gobierno saudí, comportamiento que conlleva la pena de muerte".

A través del bufete del abogado especializado en derechos humanos Michael Vidler, quien las representa, explican que llegaron a Hong Kong para hacer escala con destino Australia tras pasar unas vacaciones familiares en Sri Lanka, pero que fueron abordadas por el cónsul saudí y empleados de la aerolínea ceilanesa, quienes se quedaron con sus pasaportes.

TRECE CAMBIOS DE RESIDENCIA

Según su relato, las autoridades saudís en Hong Kong intentaron obligarlas a regresar a su país y evitaron en dos ocasiones que embarcaran en vuelos a Australia, una situación en la que las hermanas pensaron que iban a ser "secuestradas por la fuerza".

Finalmente, decidieron marcharse del aeropuerto y esconderse en Hong Kong, donde han cambiado de residencia hasta en trece ocasiones debido a que temen por su seguridad.

Durante sus primeros días en la ciudad, denunciaron los hechos ante la policía pero, poco después, su padre, su tío y el cónsul saudí aseguraron que habían desaparecido para tratar de encontrarse con ellas en las dependencias policiales, aunque se negaron a verlos y finalmente pudieron regresar a su hotel.

Según el diario 'South China Morning Post', que trató sin éxito de ponerse en contacto con el cónsul de Arabia Saudí para contrastar el relato, su padre es un funcionario de prisiones y su tío trabaja en el Ministerio de Interior del país árabe.

PRECEDENTE

Este caso surge un mes después de que el caso de la mujer saudí de 18 años Rahaf Mohammed al Qunun llamara la atención a nivel global tras huir de su familia y de un matrimonio concertado en Arabia Saudí -uno de los países más restrictivos del mundo para las mujeres- y conseguir asilo en Canadá.

"Esperamos poder conseguir asilo en un país que reconozca los derechos de las mujeres y las trate como iguales. Soñamos con estar en un lugar seguro donde podamos ser mujeres jóvenes normales, libres de violencia y opresión", agregan.

Por su parte, Vidler afirma que "estas mujeres valientes, jóvenes e inteligentes han vivido con miedo, escondiéndose y en un limbo legal en Hong Kong, sin saber qué les depara el futuro. Mantienen la esperanza de poder encontrar un tercer país seguro lo antes posibles donde poder vivir sus vidas lejos de la opresión, contribuir a su país adoptivo y ser capaces de alcanzar su máximo potencial".