Casi 11 meses después de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump acaricia su primera gran victoria legislativa. Sin un solo apoyo de la minoría demócrata, los republicanos ultiman en el Congreso una de las mayores reformas tributarias de las últimas décadas, que se traducirá en una masiva rebaja de impuestos, principalmente para las grandes empresas y las rentas más altas.

La tramitación del proyecto de ley está muy avanzada, después de que el Senado aprobara ayer su versión de la ley por la vía rápida. Solo les falta conciliarla con la versión de la Cámara baja para que el presidente pueda firmar la reforma antes de final de año, lo que dará a su partido un elemento tangible para vender durante la campaña a las legislativas que comenzará en el 2018.

Como ya hicieron durante su frustrado intento para revocar la reforma sanitaria de Obama, la mayoría republicana en el Senado aprobó su proyecto de ley de forma apresurada, sin tiempo para que los legisladores pudieran siquiera leerse las 500 páginas de la reforma. El trámite se hizo con tanta celeridad que el documento incluye varias enmiendas de última hora anotadas a mano.

De nada sirvieron las protestas de los demócratas, que ven en la iniciativa una estratagema para redistribuir la riqueza a costa de engordar el déficit por la mayúscula caída en la recaudación fiscal que provocará el recorte de impuestos, cifrado en 1,4 billones de dólares durante la próxima década.

Ningún demócrata votó a favor de la propuesta y solo un republicano se opuso. Al final pasó por 51 votos a 49. La propuesta del Senado, algo distinta a la de la Cámara de Representantes, contempla una bajada del impuesto de sociedades del 35% actual al 20%. Una rebaja temporal en el IRPF para la mayoría de contribuyentes. Y un regalo a las grandes fortunas, que solo pagarán el impuesto de sucesiones cuando la herencia supere los 11 millones de dólares. Los republicanos se las han ingeniado para colar en el proyecto de ley dos de sus aspiraciones sin ninguna relación con la fiscalidad. Por un lado, el documento incluye una medida para abrir el Refugio de Fauna Natural del Ártico a la explotación de hidrocarburos, y otra para derogar el mandato que penalizaba con multa a los ciudadanos que se niegan a seguro sanitario. Casi todos los estudios sostienen que la reforma servirá para agrandar la brecha de la desigualdad.