La decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de tirar a la papelera el acuerdo nuclear supone un golpe muy duro para la población iraní que teme un enfrentamiento bélico y un desgaste aún mayor de su economía, que sufre fuertes desbarajustes, como refleja el alto índice de desempleo entre los más jóvenes. Pero en el plano político interno iraní, la decisión del magnate refuerza la posición del sector más duro del régimen,el de los ultraconservadores, que mantienen una tenaz pugna con los reformistas, más abiertos al mundo exterior, como el presidente Hasán Rohaní. En medio de ambos sectores, actuando como de árbitro, aunque bastante más cercano a los conservadores, está el guía supremo, Alí Jamenei, el verdadero hombre fuerte del régimen, el que tiene la última palabra en temas claves de la política interna y externa del país, como es el dossier nuclear.

El portazo de Trump al JCPOA (siglas en inglés del acuerdo nuclear) aplana el camino para que los duros intensifiquen su acoso a Rohaní que lleva en el cargo desde el 2013 y que lo renovó en las elecciones presidenciales del año pasado en las que dio un auténtico baño a sus rivales, al obtener el 57% de los votos en la segunda vuelta electoral. De hecho, no son pocos los que opinan que fue el sector duro el que atizó la revuelta que vivió el país a finales del año pasado en protesta ante la precariedad económica y que se saldó con 21 personas muertas.

Rostro afable

Rohaní es el hombre del rostro afable y discurso moderado, lejos del lenguaje poco diplomático e incendiario de su antecesor, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. Lo que queda ahora del JCPOA -la posición de apoyo europea- se ha convertido en un nuevo campo de batalla para las dos corrientes, como se ha puesto de manifiesto en las sucesivas reacciones que ha habido desde Teherán desde que Trump anunció su decisión el pasado martes. El presidente iraní, antífice del acuerdo y uno de sus principales activos ante la población, ya ha manifestado su intención de "continuar" con el pacto con el resto de países firmantes.

Un declaración de intenciones que solo podrá mantener si cuenta con el visto bueno de Jamenei que, de momento, no parece estar por la labor. "Los responsables del país están ante un gran examen, a ver si conservan la dignidad del pueblo o no. Se dice que vamos a continuar con tres países europeos, yo no me fío de esos tres países", ha dicho el guía supremo. "Si quieren hacer un acuerdo tomen una garantía sólida, si no, ellos harán lo mismo que EEUU", ha agregado tras calificar el la actitud de Trump de "estúpida y superficial".

El sector ultraconservador se mostró mucho más belicista. Algunos de sus representantes en el Parlamento del país quemaron una bandera de EEUU de papel, así como un documento que simulaba ser el JCPOA mientras gritaban "muerte a América", una consigna que se hizo recurrente durante la revolución islámica de 1979. El presidente de la Asamblea, Alí Jamenei, culminó la acción con un discurso en el que dijo que "Trump no tiene capacidad mentar para lidia los problemas", a parte de calificarlo de "narcisista" y de "un ignorante en política".