La creciente tensión en Venezuela sitúa al Gobierno de Pedro Sánchez en una situación envenenada. La decisión de acoger en la Embajada española en Caracas al opositor Leopoldo López y su familia, que acudió el martes a refugiarse tras ser liberado por militares con un «indulto presidencial» de Juan Guaidó, coloca en una posición especialmente comprometida durante el interregno abierto tras el 28-A: el Ejecutivo está en funciones, con las elecciones del 26 de mayo en el horizonte y con adversarios políticos dispuestos a emplear el cartucho venezolano como arma arrojadiza en la campaña.

El Gobierno admite que la incertidumbre es elevada y no quiere adelantar escenarios. Fuentes gubernamentales insisten en que el objetivo sigue siendo que el país llegue a unas elecciones libres, aunque admiten que tendrán que ir fijando posiciones en esa dirección según se desarrollen los acontecimientos.

España no respaldará en ningún caso una intervención militar, añaden desde la Moncloa. La situación es delicada puesto que Sánchez ha reconocido a Guaidó como presidente encargado (al igual que otros 53 países) pero no ha roto formalmente los vínculos con Nicolás Maduro.

A expensas de lo que suceda a partir de ahora, la Embajada en Caracas ha reforzado su seguridad con agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) tras haber «acogido» a López, su esposa y su hija de quince meses, quienes llegaron por «decisión propia» en busca de cobijo.

Pocas horas antes un grupo de militares había liberado al dirigente del arresto domiciliario en el que permanecía desde julio del 2017, sentenciado a 14 años por haber inicitado a la violencia en las revueltas de los opositores al chavismo.

Fuentes gubernamentales indicaron a este diario que el régimen de Maduro no se habría puesto en contacto con la Moncloa tras haber acogido a López en la Embajada. Tampoco parece que los dirigentes chavistas tengan la intención de forzar la batalla con España. «No nos vamos a meter en una embajada a sacar a unos delincuentes», sentenció ayer Diosdado Cabello, número dos de Maduro.

A pesar del desasosiego, el Ejecutivo indica que no hay alerta en la colonia española, formada por 170.000 españoles residentes en el país, y les ha vuelto a prestar apoyo ante cualquier eventualidad. Por lo pronto, Iberia y Air Europa han suspendido sus vuelos a Caracas.

OLEADA DE REACCIONES / En la oleada de reacciones, el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, aseguró ayer que fuentes del ministerio de Exteriores le habían admitido en conversaciones privadas que Sánchez se equivocó al reconocer el pasado mes de enero a Guaidó como presidente encargado de Venezuela.

El Gobierno ya explicó en su momento que había debatido el asunto y llegado a la conclusión de que España no podía inhibirse ante un conflicto tan grave como el que está padeciendo Venezuela y optó por liderar la respuesta internacional con el objetivo de que el país llegue cuanto antes a una elecciones libres y democráticas. Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, exigió ayer a Sánchez que garantice la seguridad de López y su familia.