India y Pakistán llevan más de siete décadas enfrascados en un conflicto que tiene sus raíces en el proceso de descolonización británica. El origen de las rivalidades entre las dos potencias nucleares data de 1947, cuando ambos países lograron la independencia.

El acuerdo de partición de los territorios fue traumático para la población. Cientos de miles de personas perdieron la vida y 12 millones de ciudadanos de ambas naciones se vieron forzados a abandonar sus casas para ubicarse en un lado u otro de la frontera.

Cachemira, una región de mayoría musulmana, fue el principal foco de conflicto. En 1947, el territorio estaba bajo el mando de un gobernador hindú, el maharajá Hari Singh, que optó por anexionar el territorio a la India. Pakistán salió entonces en defensa de la población del territorio fiel al islam. La tensión derivó en la primera guerra entre los dos países. El conflicto duró un año, de 1948 a a1949, y Cachemira quedó dividida en tres partes: una controlada por la India - pero con el 68% de población musulmana-, la otra por Pakistán y la tercera, una pequeña región al noreste, por China.

La Constitución aprobada en la India en 1950 atribuyó cierto grado de autonomía a la región de Cachemira que estaba bajo su control, como medida para bajar la tensión. Pero con el transcurrir de los años el margen de autogobierno fue reduciéndose cada vez, lo que provocó el estallido en 1965 de la segunda guerra. El conflicto terminó gracias a la intervención de la entonces Unión Soviética y del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas (ONU).

Ataque directo

En 1971, movimientos secesionistas de Pakistán, con la ayuda de la India, lograron que la parte oriental del país lograse contituirse en un nuevo Estado, Bangladesh. El Gobierno de Islamabad consideró la actitud de Nueva Dehli como un ataque directo a su país. La crisis degeneró en el tercer conflicto armado indo-pakistaní. En 1972 se firmó el Acuerdo de Simla en el que ambas potencias acordaron resolver las diferencias por medios pacíficos. Sin embargo, las tensiones por Cachemira nunca han desaparecido. En 1999, siendo ya los dos países potencias nucleares, se produjo un nuevo rifirrafe cuando 400 paquistanís se infiltraron en Kargil, una zona que pertenece a la Cachemira india. Nueva Delhi respondió a este nuevo desafío con ataques aéreos que acabaron con la vida de 170 paquistanís. El Gobierno de Islamabad decidió finalmente retirarse de territorio indio. Del 2000 al 2001, diferenes incidentes en la región se saldaron con 7.000 víctimas mortales, entre civiles y fuerzas de seguridad.

Desde entonces, los gobiernos de India y Pakistán han intentado poner fin al conflicto. En el 2003, los dos países restableciron relaciones diplómaticas y decretaron un alto el fuego. Sin embargo, en el 2014 el nuevo Gobierno indio del primer ministro, Narendra Modi, prometió endurecer su postura respecto a Pakistán.

En el 2017, Modi, que en la actualidad se encuentra en plena campaña electoral, canceló una visita a Islamabad, una decisión que enfrió aún más las relaciones diplomáticas entre las dos potencia rivales.

Campamento yihadista

En la actualidad, la tensión ha aumentado tras el ataque el 14 de febrero en la Cachemira india perpetrado por el grupo terrorista Jaish-e-Mohammad (JeM) y la sucesiva respuesta india en forma de ataque aéreo contra un campamento de los yihadistas en territorio de Pakistán.