Y ahora, Cuba. A las profundas tensiones entre Estados Unidos y la Unión Europa desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump se le suma un nuevo eje. Washington va a anunciar este miércoles que, a partir del 1 de mayo, los ciudadanos estadounidenses, incluyendo cubanos nacionaizados, podrán presentar demandas en su país contra compañías que hacen negocios en propiedades que fueron confiscadas tras el triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959. Desde Bruselas se ha advertido que la Unión Europea se verá obligada a usar todos los medios a su disposición para responder a esa medida que se considera "contraria al derecho intrnacional", entre los que están una denuncia ante la Organización Mundial de Comercio o abrir la opción de presentar en Europa contrademandas contra los denunciantes estadounidenses.

Aunque la nueva política de EEUU será anunciada oficialmente por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y detallada en un discurso que el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, va a ofrecer en Miami para marcar el aniversario de la frustrada invasión de Bahía de Cochinos en 1961, ya fue ya adelantada el martes por una fuente oficial de la Administración.

5.913 CASOS Y 8.500 MILLONES DE DÓLARES

Lo que se ha decidido, según esa fuente, es enviar una poderosa señal y empezar a aplicar el Título III de la Ley Helms-Burton, aprobada por el Congreso estadounidense en 1996, que contempla la posibilidad de demandar en el sistema judicial estadounidense a las empresas extranjeras que hacen negocios en Cuba con propiedades expropiadas por la revolución cubana. Según cálculos del Departamento de Justicia, 5.913 demandantes tienen casos potenciales y el valor estimado de sus reclamaciones, con intereses, alcanza los 8.500 millones de dólares, aunque la fuente oficial h rconocido que la autorización de las demandas no significa que el dinero vaya a empezar a fluir de la noche a la mañana.

Bill Clinton acordó una prórroga para no aplicar el Título III tras negociar con los europeos (qe retiraron una demanda presntada ante la OMC) y los canadienses y todas las Administraciones desde entonces habían ido aprobando prórrogas cada seis meses. La Administración Trump, en cambio, ha decidido seguir otro camino.

Ya en enero el Secretario de Estado, Mike Pompeo, acortó la prórroga, primero limitándola a solo 45 días, luego a 30 y finamente a 15. La última expira el 1 de mayo, que es cuando qudrn abierts las puertas a las demandas,para las que la Administración dice que no hará "nigna excepción". Además, se va a empezar a aplicar también el Título IV de la Helms Burton, que permite a Washington denegar o retirar visados a quienes se hayan beneficiado financieramente desde 1996 de las propiedades confiscadas. En marzo se había permitido ya presentar demandas contra un número limitado de militares cubanos que expropiaron propiedades de estadounidenses en la isla.

LA RESPUESTA EUROPEA

En las últimas semanas representantes de la Unión Europa y de gobiernos de países potencialmente afectados como España, con fuerte presencia en el sector hostelero privado cubano con compañías como Meliá, NH, Iberostar o Barceló, han estado intentando convencer a Washington para que no de el paso, aparentemente sin éxito. En Cuba hay también una gran implantación de empresas internacionales tanto de Europa como de Asia o de Canadá e Israel en otros sectores como el transporte o los servicios.

Tampoco parecen haber surtido efecto las amenazas directas de la UE. En una carta remitida el día 10 a Pompeo por Federica Mogherini, alta representante de política exterior de Bruselas, y Cecilia Malmström, comisaria europea de Comercio, se advirtió de posibles respuestas como la denuncia ante la OMC o las contrademandas. La carta, publicada por Politico, destaca que los 50 estadounidenses que pueden presentar las mayores demandas en EEUU (que representan el 70% de lo que se podría reclamar) tienen bienes en el viejo continente y dice, como ejemplo: Si una cadena de hoteles estadounidenses demanda a una europea en un tribunal estadounidense bajo el Título III por supuesto tráfico de propiedad estadounidense la cadena hotelera europea podrá reclamar daños en un tribunal europeo de los bienes que tenga en Europa la misma cadena hotelera estadounidense.

LOS MOTIVOS DE TRUMP

La decisión de Trump se construye sobre varios elementos y uno importante es el electoral. Con una importante población de origen cubano en Florida, uno de los estados que se augura que volverá a ser clave en las presidenciales de 2020 en las que busca la reelección, corteja a una parte del voto de esa comunidad que reclama el endurecimiento de la política hacia Cuba, que empezó a relajarse durante la presidencia de Barack Obama.

Asimismo, la decisión se enmarca en la presión que Washington quiere imponer a Cuba para que deje de apoyar a Nicolas Maduro en Venezuela. En el discurso en Miami se espera que Bolton anuncie también nuevas sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los que designó el año pasado la troika de la tiranía.

La decisión es igualmente muestra del desdén de Trump hacia ententes tradicionales con socios y aliados que ya ha mostrado con acciones como la retirada del Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático o la ruptura unilateral del pacto con Irán para frenar el programa nuclear. Y ahora Cuba se suma a la lista de tensiones comerciales con Europa que ya había abierto con las amenazas de imposición de aranceles, los últimos planeados en respuesta a subsidios a Airbus.