La realidad argentina es una película que tiene final anunciado. "Nunca hay tanta oscuridad como en el segundo antes de amanecer", dijo el presidente Mauricio Macri, por recomendación de sus guionistas. En rigor, la pertenece a la película 'Batman, el caballero de la noche', y la dice el fiscal Harvey Dent cuando Ciudad Gótica se viene abajo. Dent se convierte al final en el villano Dos Caras. Macri no quiere sin embargo ocupar ese lugar.

Pero la acumulación de problemas, desde una nueva apreciación del dólar a el aumento de la recesión y la pobreza lo ubican en un lugar impensado. Si hace dos años, tras imponerse en las legislativas, pensaba que su reelección era apenas un trámite electoral, en este 2019 inflacionario cada vez son más los que dudan que se presente nuevamente como candidato a los comicios de octubre. "La gente tiene que aguantar", pidió ayer, mientras llegaban las peores noticias desde los mercados. El Gobierno de derechas se inició con un dólar a 14 pesos y esta semana perforó los 45 pesos.

El hombre que había pronosticado "pobreza cero" debió escuchar esta semana que el 31% de los argentinos vive bajo esa condición. Había augurado una "revolución de la alegría", pero se muestra ofuscado en público. Las cosas van de mal en peor. El año pasado se cerró con una caída del PIB del 2,6%, una devaluación del 100% de la moneda nacional y una inflación del 49,3%, cifra solo superada en la región por Venezuela. Para este 2019 se espera un retroceso económico del 1,3% y un incremento del coste de vida del 32%, en el mejor de los casos.

SIN CONTENDIENTES

Semanas atrás, Macri había comenzado en los hechos su campaña electoral sin contendientes a la vista. Mientras Cristina Fernández de Kirchner decide si, en medio del cerco judicial, se dan las condiciones para competir en nombre de buena parte del peronismo, los principales oponentes del Gobierno son el dólar, el paro, los cierres de empresas y negocios. La actividad de la construcción inició el año con un derrumbe del 15,7%. La industria se desplomó un 10,8% en enero y acumuló nueve meses en baja.

Las ventas de automóviles cayeron un 58,8%. Renault Argentina suspendió a 1500 operarios y paralizó su planta de producción. Honda y Peugeot hicieron lo mismo. El supermercado Carrefour ya bajó las cortinas de ocho sucursales en los últimos 20 días. "Una vez más, como hace 75 años, Coca-Cola vuelve a confiar en los argentinos", celebraba Macri en 2017. Coca-Cola Femsa acaba de pedir un procedimiento preventivo de crisis para afrontar el achicamiento de su planta embotelladora. Forbes, la revista norteamericana de finanzas encendió las luces de alarma: "Argentina está a un paso del colapso económico (de nuevo)".

CONFLICTOS EN LA CALLE

Más que un año electoral, lo que se presagian son meses de conflicto en las calles. Los docentes ya salieron protestar y se espera un aluvión de conflictos sociales y una huelga de la central obrera. Pero no siempre las razones del malestar son económicas. El movimiento feminista volvió a convertirse en un aluvión en las calles y arrecian las críticas al Gobierno cuyo partido frenó la ley de despenalización del aborto en un país donde una niña de 11 años dio luz producto de una violación porque se le negó el derecho a una interrupción del embarazo.

Macri asumió en diciembre de 2015 con una aceptación superior al 70%. Su popularidad está por debajo del 30% histórico de la franja conservadora en este país. La posibilidad de que se fracture la coalición oficial está latente. La crítica del presidente al pasado kirchnerista, descrito como años de intensa corrupción, ya no alcanza para contagiar una idea de futuro. El problema es el presente. El FMI, que salvó a Macri del desastre en 2018, empieza a prepararse para lo que pueda venir. El organismo se comprometió a "seguir apoyando a la Argentina más allá de los cambios políticos".