2021 no ha empezado como un año de suerte para China. Tras meses con el coronavirus supuestamente bajo control, el gigante asiático ha visto como en las últimas semanas se ha producido un importante rebrote de contagios que ha puesto a Pekín en alerta. El pasado día 14 se registró el primer muerto por covid-19 desde mayo.

Este rebrote se ha vivido con especial intensidad en uno de los barrios más pobres y densamente poblados de Hong Kong. Las más de 9.000 personas que, según el South China Morning Post, habitan zona afectada iniciaron ayer un nuevo confinamiento indefinido a la espera que se las someta a pruebas para la detección del virus, el primero que las autoridades sanitarias han decretado desde el inicio de la pandemia hace poco más de un año.

Más allá de Wuhan, la zona cero de la pandemia, la propagación de nuevos contagios se extiende por distintos rincones del gigantesco país. En la provincia de Hebei, que rodea Pekín, se han detectado un total de 733 casos de contagio este enero, mientras que en la de Heilongjiang, al noreste y limítrofe con Mongolia, acumulan 256 casos. En la primera, en la ciudad de Shijiazhuang, se está construyendo a contrarreloj un campo de confinamiento para albergar a 4.000 contagiados.

Aunque Hong Kong, situada a orillas del Mar de la China Meridional en el sur, ha sido una de las ciudades más perjudicadas por la pandemia, China también ha registrado casos al otro extremo del país, como en la ciudad nororiental de Harbin. Ahí, según la prensa local, la detección de hasta 40 casos en un matadero avícola ha llevado a los mercados de la zona a retirar temporalmente sus productos. Los primeros pasos de la pandemia que ha puesto al mundo en jaque se rastrearon en un entorno similar, pero en Wuhan.

Campaña masiva de test

Aunque el repunte de contagios no es equiparable al golpe sufrido por los países europeos o vecinos como Corea del Sur, sí ha puesto al país en alerta. Pekín activó ayer una campaña masiva de test de covid-19 entre sus habitantes. En la última semana, la capital china ha informado de 19 nuevos contagios, algunos de ellos de la variante británica del covid-19, más contagiosa. A escala nacional, los nuevos casos ascienden a 103 enfermos, seis de ellos en Shanghái, al este. Es por ello que las autoridades también han pedido evitar los viajes durante el nuevo año chino, que se celebra en febrero.

Ese aumento de los casos ha llevado a una reacción temerosa en los mercados internacionales, que han caído ligeramente mientras el precio del petróleo se ha reducido.

A diferencia de muchos otros países, China había conseguido mantener el virus bajo control desde la pasada primavera a base de largos confinamientos, exámenes masivos a sus habitantes, el rastreo de los desplazamientos y la limitación de la entrada de extranjeros. A pesar del impacto de la pandemia, China logró crecer el año pasado hasta un 2,3%. Es, eso sí, su peor cifra desde 1976.

Según la Universidad John Hopkins, China sumaría ya, según cifras oficiales, unos 98.544 casos de contagio de coronavirus y 4.801 víctimas mortales.