Un tribunal condenó ayer a 25 años de cárcel a la expresidenta surcoreana Park Geun-hye, por el mayor escándalo de corrupción de un país que los colecciona. La corte de apelación ha elevado en un año la pena que había dictado cuatro meses atrás un tribunal inferior al concluir que el volumen de los sobornos supera los cálculos previos. También ha aumentado la multa hasta unos 15 millones de euros.

A Park se le acumulan los reveses por el escándalo de la Rasputina. «Esos tratos carentes de ética entre el poder político y el financiero daña la esencia de la democracia y distorsiona el orden de una economía de mercado, da al pueblo una sensación de pérdida y lo hunde en la desconfianza», razona la sentencia. Park ha desistido de su defensa como medida de protesta de lo que considera un juicio político. Park encadena sentencias condenatorias. El mes pasado ya fue sentenciada a ocho años de cárcel por violar las leyes electorales.

La condena de Park es un mal indicio para Lee Jae-wong, presidente de Samsung. Lee fue liberado en febrero a pesar de la condena a cinco años después de que el tribunal de apelación concluyera que los sobornos fueron menores. La sentencia de ayer contradice aquella versión.