China ha relevado a su histórico negociador con Corea del Norte para aceitar las complejas relaciones bilaterales. Wu Dawei llevaba 13 años con la sensible labor de embridar los desmanes de Pionyang y sentarla a negociar. Es evidente que sus resultados en los últimos tiempos son mejorables, por lo que Pekín ha colocado a Kong Xuanyou, otro encallecido diplomático con experiencia en Japón y Vietnam. De él se espera que reanude aquellas conversaciones internacionales a seis (ambas coreas, China, Rusia, Estados Unidos y Japón) que entre 2003 y 2008 trataron la desnuclearización de la península. Pionyang ha mostrado su desprecio hacia ellas desde que las abandonara y sólo acepta a Washington como interlocutor.

Seúl prometió ayer que perseverará en la búsqueda de la paz a cualquier precio en otra muestra de su conmovedora paciencia. El nuevo Ejecutivo de Moon Jae-in y China son el saludable contraste a la irresponsable política de machos de Corea del Norte y Estados Unidos que ha llevado la península a su momento más complicado en décadas.

Reducir la tensión

Corea del Sur considerará “todos los pasos” para reducir la tensión y “mantener la paz”, ha confirmado el ministro de Unificación, Chun Hae-song. También dejará “la puerta abierta al diálogo” con Corea del Norte, ha añadido. Pionyang despreció la enésima rama de olivo con suma descortesía. El diario norcoreano 'Rodong Sinmun', portavoz oficial del Gobierno, sugirió que Moon no es más que un siervo de Donald Trump. “Las autoridades surcoreanas se arrastran ante Estados Unidos, que ha dicho que no le importa que miles de personas mueran en esta tierra”. Algunas intervenciones de Trump sugieren que asumiría el daño colateral en sus aliados asiáticos para proteger Estados Unidos. El senador republicano Lindsey Graham desveló que Trump le había dicho que “si tienen que morir miles, que mueran allá”.

Moon ha jubilado la política frentista de los conservadores y ni siquiera su caída en las encuestas ha torcido su voluntad. Pionyang rechazó la semana pasada su invitación a retomar el diálogo porque apreció “falta de sinceridad” en la oferta.

La alarma sigue en el continente. Este domingo se cumplía el plazo que se dio Corea del Norte para tener listo el plan de lanzar cuatro misiles sobre la base estadounidense de Guam. Ahora sólo falta que el comandante en jefe, Kim Jong-un, dé la orden. La inaudita presentación en público del plan provocó las previsibles amenazas de Trump.