La salida del país del expresidente de Gambia, Yahya Jammeh, tras aceptar por fin la derrota electoral frente a Adama Barrow, no ha logrado cerrar la crisis política. El caos y la confusión se han apoderado del pequeño país africano de apenas dos millones de habitantes, de los que 45.000 se han visto obligados a huir al vecino Senegal.

Primero se dijo que Jammeh -que se fue del país el pasado sábado en un un avión privado y con destino Guinea Ecuatorial- había saqueado las arcas públicas, lo que finalmente las nuevas autoridades han desmentido. "Todo está intacto", ha dicho un portavoz de Barrow, que no han precisado si se estaban refiriéndose solo a los fondos acumulados en el Banco Central o a otros recursos. También se ha afirmado que el exjefe de Estado se llevó consigo una flota de vehículos de lujo.

Jammeh, que ha estado en el poder a lo largo de los últimos 22 años,cedió finalmente a las presiones internacionales y aceptó su derrota en las urnas en las elecciones celebradas el pasado 1 de diciembre. Desde entonces el país ha vivido una gran inestabilidad. Hasta el punto que fue necesaria la intervención de las tropas de Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEEAO). En la resolución de conflicto ha sido clave la mediación de Guinea Conacry y Mauritania.

"¿Por qué le han dejado escapar? Si alguna vez vuelve a pisar Gambia debemos llevarle ante la justicia internacional", ha dicho indignado Aji Jagne, un comerciantes de 32 años que, como cientos de compatriotas, han celebrado con entusiasmo en las calles la marcha de Jammeh y la victoria de Barrow.

"Somos libres", exclama por su lado Isatou Touré. "Todo el mundo está feliz de que ese hombre se haya ido. Estamos contentos de ver a soldados de la CEEAO por Banjul. Ellos nos han protegido de Jammeh", añade entre cánticos y eslóganes a favor del nuevo presidente. Jammeh ha sido acusado por sus detractores y por oenegés de defensa de los derechos humanos de haber torturado y asesinado a cientos de opositores durante su largo mandato.

GRAN VICTORIA DE LA DEMOCRACIA

Barrow, que todavía se encuentra refugiado en Senegal a la espera de que vuelva la calma a la capital, juró el cargo de presidente el pasado jueves por la tarde en la embajada de Gambia en Dakar. Su elección en las elecciones de diciembre es vista por la gran mayoría de los gambianos como una gran victoria de la democracia.

"El presidente Barrow puede tardar unos días más en volver a Gambia. Es necesario que se garantice su seguridad personal para que regrese", ha dicho el dirigente de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), Marcel Alain De Souza.

Según Ousman Bargie, jefe de Estado Mayor de Defensa, los soldados de la CEEAO protegen el palacio presidencial de Banjul a la espera de que llegue al país el presidente electo. Además está previsto que los soldados permanezcan en Gambia hasta que el país se estabilice, según han informado los medios de comunicación locales.

En todo caso y en una declaración conjunta, la CEEAO, Naciones Unidas y la Unión Africana (UA) han exigido a las nuevas autoridades que velen por “la dignidad, el respeto, la seguridad y los derechos” del exdirigente, así como que no haya una "caza de brujas" entre los miembros de su régimen y demás simpatizantes.