Suena el himno nacional frente a la cancillería y Angela Merkel aguanta el protocolo estoicamente mientras su cuerpo se tambalea por fuertes temblores que agitan sus brazos y piernas. Por tercera vez en tan solo un mes la cancillera alemana volvió ayer a sufrir fuertes espasmos corporales en un acto público en Berlín que reabre la preocupación por su estado de salud.

«No debéis preocuparos», dijo Merkel, poniendo freno a las especulaciones. «(Los temblores) no han terminado, pero estoy haciendo progresos». Ayer al mediodía la cancillera volvió a temblar junto al primer ministro finlandés, Antti Rinne, recibido también con honores militares. Durante más de un minuto y medio, Merkel hizo esfuerzos para mantenerse erguida mientras sus piernas se agitaban de forma considerable. Las imágenes también muestran como la líder conservadora apretaba los puños y movía los labios en señal de contención. La cancillera cumplirá 65 años el próximo 17 de julio. La primera vez que sufrió esos temblores ante las cámaras, se achacaron a un caso de deshidratación. Sin embargo, ocho días después los brazos de la cancillera volvieron a agitarse durante otro acto, en un lugar cubierto, y rechazó los vasos de agua que le ofrecieron.