Daniele Piervincenzi, cronista del canal de televisión RAI2, fue brutalmente agredido el pasado martes en Ostia, municipio de Roma situado en la costa de la capital de Italia. Había ido a entrevistar a Roberto Spada, hermano de un capo mafioso, por la supuesta vinculación de su clan con el partido neofascista Casapound, que en las elecciones del domingo en el municipio —intervenido durante dos años por infiltración mafiosa— obtuvo un 9% de los votos, uno de los mejores resultados de su historia.

«¿Tu esperanza es que con Casapound cambie algo?», preguntó el periodista, poco antes de que el hombre le rompiera la nariz, tal como muestra un vídeo que ha sido divulgado por la cadena. El vídeo, grabado a plena luz del día por el cámara de la RAI que acompañaba a Piervincenzi, que también fue golpeado, se volvió viral y suscitó una ola de indignación en todo el país.

En el mismo, se ve como Spada, aparentemente tranquilo pocos segundos antes, de repente le da un brutal cabezazo al periodista y luego lo persigue golpeándolo con un palo.

«Para, para, por favor. ¿Has visto lo que me has hecho?», le implora el cronista. «Me rompiste los coj…, pedazo de mierda», le responde Spada. El caso ha puesto el foco sobre una situación ignorada por la opinión pública italiana —no los jueces— durante muchos años: la grave infiltración mafiosa en Ostia. La última sentencia del Supremo italiano es del pasado 28 de octubre y reconoce el vínculo por asociación mafiosa del clan Fasciani.

Este grupo, junto con los Spada y los Triassi, son considerados los amos del crimen de esta localidad desde hace ya varios años. Sus actividades incluyen extorsiones, venta de droga y usura, según han dictaminado los jueces romanos. Asimismo se les ha relacionado con la Cosa Nostra siciliana.

«Ostia es ya como Corleone, San Luca o Scampia: un territorio de los clanes (…) Vamos atrasados reconociendo las mafias de Lazio», ha dicho al respecto el escritor Roberto Saviano, amenazado de muerte por la Camorra y desde hace 11 años viviendo con escolta.

El hermano mayor del agresor del periodista, Carmine Spada, uno de los presuntos capos de los Spada en Ostia —una familia, a su vez vinculada con los peligrosos Casamonica—, ha sido condenado por extorsión agravada por el método mafioso. La pena que le impusieron evidencia la preocupación de los jueces: 10 años bajo el 41 Bis, conocida como cárcel dura, que se destina a los miembros de los grupos criminales organizados. Ayer por la tarde, Roberto Spada -que además es boxeador- fue detenido por los carabinieros por orden de la fiscalía de Roma, que le acusa de provocar lesiones con el agravante de haber actuado «en un contexto mafioso» y por «motivos fútiles».

Según los investigadores, Spada agredió al periodista para demostrar, delante de los vecinos de su barrio, «que controla el territorio». La policía investiga también los presuntos cómplices de Spada. «Había que enviar un mensaje de inmediato.

El arresto de Spada es la demostración de que en Italia no existen zonas francas», comentó el ministro de Interior, Marco Minniti.

En Ostia, sin embargo, el clima sigue tenso. Tanto que durante la detención de Spada se volvieron a oír voces de personas que, dirigiéndose a los periodistas allí presentes, decían: «Buitres, váyase, avergüéncese». Los hechos se producen en un momento delicado, antes de la segunda vuelta electoral en Ostia que se celebrará el 19 de noviembre. Se lo disputan la candidata del Movimiento Cinco Estrellas, Giuliana Di Pillo, y la de la coalición de centroderecha, Monica Picca.

Piervincenzi, el periodista agredido quien tras el ataque tuvo que ser operado de urgencia, ha dicho que no se dejará intimidar.