El proceso del 'brexit' ya está en marcha. Desde las once de la mañana, el negociador de la Unión Europea (UE), el exministro y excomisario francés Michel Barnier, y el secretario de estado británico para el 'brexit', David Davis, están reunidos en la sede de la Comisión Europea para empezar a recorrer el camino que los electores británicos escogieron en el referéndum de hace un año: sacar a Reino Unido de la Unión Europea.

Un reto que ambos negociadores asumen desde posiciones de partida muy diferentes. Barnier lleva nueve meses preparando con sumo detalle la postura de los 27. Ha visitado todas las capitales europeas, algunas por partida doble, y tiene claras desde hace tiempo las líneas rojas de los estados miembros a los que representa. Sabe además que el tiempo apremia. El artículo 50 del Tratado de Lisboa, que regula el proceso de salida, señala que a los dos años de la notificación oficial, el Reino Unido quedará fuera de la UE, lo que significa que la cuenta atrás concluirá el 29 de marzo de 2019.

El Gobierno de Theresa May llega, mientras tanto, debilitado por el resultado de las elecciones del pasado 8 de junio, en las que perdió la mayoría absoluta, y sin una estrategia clara de qué quiere conseguir pero asumiendo la hoja de ruta marcada por la Unión Europea. “Nuestro objetivo está claro. Primero tenemos que hacer frente a las incertidumbres creadas por el 'brexit': lo primero para los ciudadanos pero también para los beneficiarios de las políticas de la UE y el impacto sobre las fronteras, y en particular de Irlanda”, ha explicado Barnier nada más recibir a Davis.

IDENTIFICAR PRIORIDADES Y CALENDARIO

“Espero que hoy podamos identificar prioridades y un calendario que me permita informar al Consejo Europeo a finales de esta semana de que hemos tenido una apertura de negociaciones constructiva”, ha añadido. Su colega británico no ha desaprovechado la ocasión de recordar que su presencia en Bruselas tiene un objetivo que no ha cambiado, pese a las voces de los últimos días que instan a Londres a repensarse la salida. “Estoy aquí en Bruselas para empezar la siguiente fase de nuestro trabajo para construir una nueva, profunda y especial relación con la UE”, ha dicho con un tono más conciliador.

El mismo día en que Londres vuelve a estar en los titulares por un nuevo ataque terrorista, David ha subrayado la importancia “de los valores comunes” que comparten con “nuestros aliados más estrechos en Europa” y ha recordado que “es más lo que nos une que lo que nos divide”. Por esto ha hecho un llamamiento a hacer todo lo posible para asegurar un acuerdo en el mejor interés de todos los ciudadanos. “Con ese objetivo empezamos esta negociación con un tono positivo y constructivo, determinados a construir una relación fuerte y especial entre nosotros y nuestros aliados en la UE”, ha proclamado nada más llegar a la sede de la Comisión Europea donde se desarrolla la primera ronda de conversaciones.