El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha iniciado su viaje oficial a Washington donde sellará con Donald Trump un cambio de rumbo de su país hacia sólidos principios conservadores basados "en la familia y Dios" y en una "agresiva" agenda de privatizaciones y recortes de gasto.

"Brasil ha cambiado. Ahora hay un presidente que no es un enemigo de Estados Unidos, es un amigo", ha indicado Bolsonaro en una breve conferencia en la Cámara de Comercio estadounidense. En concreto, puso como ejemplo la colaboración con Washington ante la crisis política de Venezuela.

Bolsonaro, conocido por su promesa de mano dura contra el crimen, comenzó la jornada con una visita a la sede de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en un gesto de claro componente simbólico. La cita, que no estaba en su agenda oficial, se conoció por un mensaje en twitter de su hijo y congresista brasileño, Eduardo Bolsonaro, una vez la comitiva ya estaba en camino. Luego tiene previsto reunirse con el presidente Trump. Ambos están considerados estandartes del populismo de derechas actualmente en el continente americano.

"HISTÓRICA RECONFIGURACIÓN"

Un alto funcionario del Gobierno estadounidense, que pidió mantener el anonimato, calificó la cita como el "primer paso" para una "histórica reconfiguración" de las relaciones entre Washington y Brasilia.

El líder ultraderechista brasileño ha admitido que escogió Washington como primer destino de una visita oficial desde que asumió el mandato, el 1 de enero pasado, para dejar claro el deseo de su Gobierno de aproximarse a la mayor economía mundial y de alinearse a las políticas de Trump.

"Por primera vez en un tiempo, un presidente brasileño proestadounidense llega a Washington DC. Es el comienzo de una alianza por la libertad y la prosperidad", escribió Bolsonaro poco después de aterrizar en la capital estadounidense el domingo.

Y minutos después, de nuevo a través del Twitter, su hijo Eduardo, en una cena privada en la residencia del embajador brasileño en Washington publicaba un vídeo en el que Bolsonaro dejaba clara su posicionamiento ideológico.

"Yo siempre soñé liberar a Brasil de la nefasta ideología de izquierda", subrayó en una mesa en la que también estaba Steve Bannon, el gran estratega de la exitosa campaña presidencial de Trump en 2016.