Jair Bolsonaro y Mauricio Macri, presidentes de los dos países más importantes de una Sudamérica cada vez más volcada hacia la derecha, volvieron a unir sus voces contra el chavismo. "Compartimos la preocupación por los venezolanos; reafirmamos la condena contra Nicolás Maduro, no aceptamos esta burla a la democracia. La comunidad internacional ya se dio cuenta. Hasta hace tres años, y por más de una década, Argentina y Brasi fueron sostenes políticos de Venezuela, al punto de integrarla al Mercosur. Esa alianza ya es parte del pasado.

Maduro es un dictador que busca perpetuarse en el poder con elecciones ilícitas. Reconocemos a la Asamblea Nacional como la única institución legítima, dijeron sus presidentes a través de un comunicado conjunto que leyó el argentino. Se espera que en breve esta posición se materialice en acciones más concretas contra el bolivariano.

Bolsonaro logró lo que se había propuesto con Argentina: que Macri, fuera a visitarlo a Brasilia para revertir un ritual que solía realizarse en Buenos Aires entre mandatarios de esos países. El argentino se convirtió en el primer jefe de Estado que llega a Brasil desde la asunción del capitán retirado. Dijo haber aterrizado para fortalecer una amistad histórica y una relación estratégica.

El encuentro se realizó en un clima de alegría, de ilusión. Brasil y Argentina se proponen relanzar sus relaciones y ponerlas a tono con los valores que compartimos. Bolsonaro devolvió gentilezas y expresó su admiración con los esfuerzos de Macri para levantar la economía de la Argentina. En su país Macri no recibe las mismas ponderaciones, y menos después de que la inflación de 2018 fuera la más alta de los últimos 27 años, al llegar casi al 48%, cifra solo superada por la de Venezuela.

EL MERCOSUR NO ES FUNCIONAL

Bolsonaro y Macri coinciden también en que el Mercosur, tal como existe, ya no es funcional y que debe modernizarse, adaptarse a los desafíos del siglo XXI, entre otras razones para poder llegar finalmente a un acuerdo de libre comercio con la UE. Más allá de las palabras de empatía que reclama el protocolo diplomático, Brasil, de la mano de Bolsonaro, ya decidió que su principal aliado ha dejado de ser el vecino: se encuentra en el norte del contienente y es el Estados Unidos de Donald Trump.

Como estaba previsto, ambos contaron que durante la reunión le dedicaron capítulos aparte a la política regional. Macri relató que coincidieron en modernizar el Mercosur bajo el supuesto objetivo de avanzar hacia un espacio de integración que se adapte a los desafíos del Siglo XXI. Este era uno de los temas más sensibles entre los mandatarios, dado que Bolsonaro había demostrado ciertos indicios de que su política exterior miraría más al norte que al sur.

Además, durante el G-20, el Gobierno de Francia había asegurado que la asunción de Bolsonaro hacía tambalear el acuerdo con la Unión Europea.