Mientras en el este de Siria las milicias kurdosirias terminan con los restos de los últimos miembros del Estado Islámico (EI), y mientras el mundo y toda la prensa internacional mira hacia allá, el régimen de Bashar al Asad ha intensificado los ataques aéreos sobre la región de Idleb, la última en el país plenamente controlada por la oposición a Damasco.

Fue casi instantáneo: hasta hace dos semanas, en la región imperaba un alto el fuego firmado por Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan -los presidentes de Rusia y Turquía, respectivamente- en septiembre del año pasado. El alto el fuego había sido respetado casi al completo hasta enero de 2019, cuando Hayat Tahrir al Sham, la filial de Al Qaeda en Siria, se hizo con el control casi total de Idleb.

Después de ello, y tras las protestas airadas de Putin, hubo algunos bombardeos y combates esporádicos; pero fueron poca cosa. Ahora, sin embargo, se han vuelto diarios, todas las mañanas, y esta última oleada empezó justo al mismo tiempo que la operación, en el este, contra el EI. Los lobos muerden cuando nadie mira.

«Las violaciones del alto el fuego entre Erdogan y Putin continúan en cuatro provincias. Son hechas por bombardeos del régimen sirio», dijo ayer el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos: «Documentamos la muerte de 11 personas este miércoles: siete milicianos y cuatro civiles. Un hombre murió en un bombardeo en un mercado en el oeste de la provincia de Idleb. En el mismo ataque resultaron heridas otras ocho personas, entre ellas tres niños», explica la organización, con sede en Londres pero observadores en la zona.

En total, desde que en setiembre del 2018 Putin y Erdogan firmaran ese alto el fuego que no ha servido para mucho ni parado las hostilidades, han muerto 156 civiles en bombardeos del régimen de Asad y su aliado ruso. Entre estos 156 civiles hay 60 niños y 30 mujeres.

El mayor problema del alto el fuego es a qué grupos incluye. Cuando lo firmaron, ambos presidentes dejaron fuera a Hayat Tahrir al Sham, antes conocida como Jabhat al Nusra. En esa época, el grupo controlaba solo una parte de Idleb.