Amnistía Internacional denunció el pasado día 7 que la Fiscalía saudí ha pedido la pena de muerte para un joven de 18 años, Murtaja Qureiris, que fue arrestado cuando tenía 13 años y está acusado por cargos que incluso se remontan a cuando tenía solo 10 años.

El joven esta acusado de participar "en protestas antigubernamentales, asistir al funeral de su hermano Ali Qureiris, que fue asesinado en una protesta en 2011, unirse a una organización terrorista, tirar cócteles Molotov contra una comisaría de policía y disparar a las fuerzas de seguridad", según Riad.

REACCIONES INTERNACIONALES

Todavía se desconoce la fecha del próximo juicio en el que se puede sentenciar a Qureiris a la pena capital. Este caso ya ha provocado reacciones internacionales, pues además, su defensa hadenuncia que fue forzado a ofrecer una confesión con la promesa falsa de que sería puesto en libertad. Lejos de recobrarla, en mayo de 2017 fue conducido a un centro penitenciario de adultos.

El Parlamento austríaco exigió ayer el cierre del Centro Internacional de Diálogo Interreligioso Rey Abdullah Bin Abdulaziz (Kaiciid), situado en Viena, en caso de que se ejecute al joven opositor.

No obstante, Hashem cree que "la comunidad internacional no está haciendo lo suficiente" contra "el incremento, incluso el empeoramiento de la represión contra los defensores de los derechos humanos" en el país ultraconservador.

"La comunidad internacional tiene que enviar un mensaje de que los derechos humanos son igual de importantes que la economía y la política", arguyó, y agregó que con esa atmósfera, "las autoridades saudíes sienten que tienen impunidad".

Al igual que en otros casos que han saltado a la luz pública, Arabia Saudí podría ceder ante la comunidad internacional y aceptar sus demandas, tal y como afirman las ONG que supervisan los derechos humanos en el país desde el exilio.

"No puedo esperar ni predecir lo que Arabia Saudí hará", dijo Hashem al destacar que el Gobierno saudí es "impredecible" y que el pasado 23 de abril anunció la ejecución de 37 personas, una de ellas crucificada, y entre ellas miembros de la comunidad chií, perseguida en el reino.

MENORES ARRESTADOS

En ese grupo de ejecutados, AI pudo confirmar la ejecución de Abdulkarim al Hawaj, un miembro de la comunidad chií que fue arrestado cuando tenía 16 años.

Qureiris procede del oriente de Arabia Saudí, que está principalmente poblado por miembros de la minoría chií y que fue testigo de una oleada de protestas tras las revueltas que se desataron en el mundo árabe en 2011 por la represión de las autoridades contra esa comunidad.

Otros tres chiíes, Ali al Nimr, Abdulá al Zaher y Dawud al Marhoon, fueron arrestados individualmente cuando tenían 17, 16 y 17 años, respectivamente, por participar en protestas antigubernamentales en 2012 y también se encuentran en riesgo de ser ejecutados en cualquier momento.