Buena parte de Venezuela volvió a quedarse a oscuras y, otra vez, el apagón fue explicado en la clave del extenuante conflicto político con dos versiones diferentes. De un lado, el Gobierno de Nicolás Maduro denunció un nuevo intento de sabotaje en la represa hidroeléctrica de El Gurí, que provee la mayor parte de la energía en el país. En cambio, Juan Guaidó, a quien Estados Unidos y otros 50 países reconocieron como presidente encargado, aseguró que se repitieron los problemas de infraestructura. En medio de la disputa, la población padeció por segunda vez en marzo los trastornos de la falta de luz. Los venezolanos se quedaron ayer sin escuelas y las actividades laborales fueron suspendidas 24 horas. El aeropuerto internacional de Maiquetía tuvo que elaborar un plan de emergencia y desplazarse por las ciudades fue un trastorno adicional. En Caracas no funcionó el metro ni el ferrocarril y el transporte urbano se volvió tan esporádico como imposible. Al parecer hubo un un incendio en la central de Guri.