Durante años, una estructura de compañías offshore que movió desde Rusia 4.500 millones de euros permitió a políticos corruptos y a criminales blanquear su dinero, evadir impuestos y esconder bienes en el extranjero. Esa gran maquinaria financiera ha sido destapada por una investigación periodística difundida de forma simultánea por medios de una veintena de países, entre ellos El Periódico de Catalunya (Grupo Zeta), Süddeutsche Zeitung y The Guardian, a partir de la obtención de un archivo con un 1,3 millones de transferencias.

Esa maquinaria de blanqueo, bautizada como Lavandería Troika, por el nombre de Troika Dialog, el banco de inversión que creó el entramado, funcionaba a través de empresas radicadas en paraísos fiscales. Esas empresas pantalla habían abierto cuentas en varios bancos. Ukio Bankas, de Lituania, fue uno de sus preferidos para operar e introducir el dinero en el sistema financiero europeo. Desde esa entidad se realizaron buena parte de las transferencias presentes en ese archivo obtenido por el equipo de periodistas, coordinado por el Crime and Corruption Reporting Project.

Pero entre esos cientos de miles de transferencias enviadas a cerca de 50 países, hay 31 traspasos de dinero que comprometen a las más altas esferas del Kremlin, pues vinculan con esa red de blanqueo a un hombre del entorno de máxima confianza de Vladímir Putin. Se trata de Vladímir Artyakov, un exgobernador regional y actual vicepresidente de Rostec, la mayor empresa pública rusa de tecnología y armamento. Esos 31 pagos acreditan unos sospechosos préstamos por valor de 14.720.000 euros a una mujer rusa de 80 años que con ese dinero compró unos terrenos con dos lujosas mansiones en la zona más exclusiva de la Costa Brava.

La anciana, identificada como Anna Kurepina, es familiar de Artyakov (posiblemente su suegra) y acabó vendiendo esas propiedades al hijo del político ruso. Entre el 2008 y el 2009, Kurepina recibió 13.120.000 euros en virtud de esos préstamos por parte de dos empresas: Delco Network SA (12.720.000 euros), y Dino Capital SA (400.000 euros). Todo el dinero llegó en 27 transferencias bancarias a la cuenta que la mujer tenía en Caixa Girona.

La investigación ha podido demostrar que en ambos casos se trata de empresas administradas por Troika Dialog. Las dos tienen su sede en paraísos fiscales: Delco Network, en las Islas Vírgenes Británicas; Dino, en Panamá. La operación en sí es sorprendente. Para empezar porque las compañías dieron ese crédito millonario a una mujer sin aparentes ingresos para poder devolverlo y con una esperanza de vida que hace poco viable un préstamo a 20 o 30 años. Tampoco le exigieron ninguna garantía por la concesión del crédito. El contrato solo establecía que ella tenía que devolver el dinero antes de abril del 2019. Con ese dinero, la mujer compró varias parcelas de terreno que suman más de 6.000 metros cuadrados en las que se levantaban dos lujosas villas en S’Agaró Vell, una exclusiva urbanización de Playa de Aro. Kurepina compró los terrenos por 10 millones de euros en el 2008.

La vinculación entre la anciana y el político queda patente de forma documental cuando años más tarde, en el 2014, Kurepina vendió los terrenos de S’Agaró a otro Artyakov, en esta ocasión Dmitri Artyakov, el hijo del alto cargo y, a la sazón, posible nieto de la vendedora. Este pagó a su abuela 10 millones de euros por las propiedades en una transacción que se llevó a cabo en Rusia.

El sospechoso método de que una compañía preste dinero a un particular es una manera de operar muy ventajosa en ese tipo de operaciones opacas. «Mientras la empresa que lo ha concedido no lo reclame, nadie puede intervenir», explica el financiero ruso Andrey Movchan, que trabajó como responsable en varios bancos de inversión, incluido Troika Dialog, entre 1998 y el 2003. «Que una pensionista reciba un préstamo de 13 millones de euros y que no haya rastro de ninguna devolución del dinero es, desde luego, muy sospechoso. No puedo decir que sea un soborno, pero en una sociedad que tenga altos estándares morales, quien se beneficie de ese tipo de préstamo debería responder a algunas preguntas», añade.