La alargada sombra del espionaje vuelve a golpear Alemania. La coalición que apoya al Gobierno liderado por Angela Merkel aprobó ayer en el Parlamento alemán una polémica ley para reformar el funcionamiento de unos servicios de inteligencia (BND) muy cuestionados por su vinculación al espionaje masivo practicado por la NSA estadounidense. A pesar de que el Ejecutivo asegura que la ley controlará mejor los pasos del BND, permitirá espiar a individuos e instituciones extranjeros, incluidos otros gobiernos de la Unión Europea.

Este apartado prevé la creación de un organismo independiente formado por dos jueces y un abogado federal que deberán autorizar el espionaje propuesto por el BND a sus aliados. Según el Gobierno, eso servirá para detectar posibles atentados en Alemania y Europa. «¿Cómo debemos detectar a los terroristas si no?», se preguntó el diputado conservador Clemens Binninger.

La cancillería deberá ser la que asuma la responsabilidad final y ordene el espionaje de telecomunicaciones internacionales, y los jefes del servicio de inteligencia deberán comparecer además anualmente ante los jueces para dar explicaciones. El Gobierno ya ha remarcado que con la modificación no se podrán interceptar ni accidentalmente las comunicaciones de los alemanes, algo que la oposición ya ha puesto en duda.

La ley ha sido duramente criticada por la oposición y por expertos en protección en la red, que han negado que se ciña la correa a los servicios de inteligencia y han denunciado que se da margen legal para seguir espiando. Las violaciones históricas perpetradas por la Gestapo y la Stasi han hecho de Alemania un país fuertemente preocupado por su privacidad. Los Verdes ya han amenazado con llevar la ley al Tribunal Europeo de Justicia.

Empresas privadas de telecomunicaciones también se han quejado por la reforma planteada. DE-CIX, el operador del puerto de conexión a internet más grande del mundo, que está situado en Fráncfort, denunció al Gobierno el pasado mes de septiembre. Con la modificación, el BND pasa de poder controlar el 20 por ciento a todo el flujo de información de ese puerto. CARLES PLANAS BOU