Los gobiernos de Birmania y de Bangladés han firmado un acuerdo de entendimiento para posibilitar dentro de dos meses el retorno de cientos de miles de rohingyás que han huido de la persecución del Ejército birmano en el estado de Rakhine desde la última ola de violencia, que comenzó a finales del pasado mes de agosto.

«Estamos listos para traerlos de vuelta tan pronto como sea posible después de que Bangladés nos remita los documentos», ha explicado el secretario permanente del Ministerio birmano de Trabajo, Inmigración y Población, Myint Kyaing, en referencia a los formularios de registro que los rohingyás tendrán que completar con sus datos antes de ser repatriados.

«El acuerdo estipula que el retorno comenzará en un periodo de dos meses. Se establecerá un Grupo de Trabajo Conjunto en tres semanas desde la firma del pacto y se creará un instrumento bilateral específico (arreglo físico) para la repatriación de forma rápida», anunció el Ministerio de Exteriores bangladesí en un comunicado.

En su último informe de situación difundido ayer, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifra en unos 623.000 a los rohingyás llegados a Bangladés en los últimos tres meses. El actual éxodo de rohingyás comenzó con las operaciones de represalia de las fuerzas de seguridad birmanas lanzadas tras los ataques, el pasado 25 de agosto, del rebelde Ejército de Salvación Rohingya de Arakan a una treintena de puestos militares y también policiales en Rakhine.

Aun sin conocerse los detalles del acuerdo, Bangladés ha indicado que se trata de «un primer paso», mientras que organizaciones de ayuda humanitaria han expresado su preocupación por el retorno forzado de los rohingyás a menos que su seguridad esté garantizada.