Las negociaciones del 'brexit' no han concluido todavía y quedan asuntos importantes sobre la mesa por cerrar -desde el Tratado Euratom hasta la futura gobernanza o la cooperación judicial y policial- pero Londres y Bruselas se han puesto de acuerdo este viernes sobre los grandes elementos de la primera fase del divorcio que ahora deberán concretarse y cerrarse para octubre del 2018, según ha anunciado el negociador de la UE, Michel Barnier. El informe conjunto, validado a ambos lados del Canal de la Mancha, incluye compromisos sobre derechos de los ciudadanos, frontera de Irlanda y factura del divorcio.

1 / Una factura de 45.000 millones

El acuerdo se centra en la metodología para calcular el montante que deberá abonar Reino Unido para saldar las cuentas. Un número que Barnier ha eludido ofrecer. “Nunca he citado cifras y no voy a empezar ahora. Pero no podemos calcular exactamente la cifra”, ha explicado. La cifra incluirá los compromisos del marco financiero plurianual 2014-2020, así como las obligaciones en el marco del Banco Europeo de Inversiones, el Banco Central Europeo, el Fondo Europeo de Desarrollo y en particular los fondos para África y la Facilidad para los refugiados en Turquía y las pensiones de los funcionarios.

En total, las estimaciones de “una cifra razonable" que maneja la Comisión están entre los 40.000 y 45.000 millones de euros, precisamente la cifra que dieron la semana pasada varios diarios británicos. Bajo el acuerdo, Londres se compromete a contribuir al presupuesto del 2019 y del 2020 como si fuera un Estado miembro -unos 17.000 o 18.000 millones de euros- y también a financiar su parte del resto de elementos a liquidar así como el pasivo a calcular a finales del 2020 y los pasivos contingentes como los préstamos concedidos por la UE, unos 27.000 millones en total. “Todos los compromisos a 28 serán respetados y honrados a 28”, ha asegurado Barnier.

2 / Garantías para los ciudadanos

El pacto incluye garantías para los 3,3 millones de europeos que han decidido vivir en Reino Unido y los 1,2 millones de británicos que viven en otros países de la UE. Serán de aplicación recíproca, no habrá discriminación por nacionalidad y se aplicarán desde el 29 de marzo de 2019, la fecha de corte establecida por los negociadores, aunque podrá ser modificada y retrasada en función del período de transición.

Según el acuerdo, todos los ciudadanos que hayan llegado antes de la fecha de salida de Reino Unido podrán seguir trabajando y estudiando como hasta ahora. Los miembros de la familia -maridos, mujeres, hijos, padres- incluidos los niños que nazcan después de la fecha de salida tendrán derecho a la reunificación familiar y todos conservarán sus derechos a pensión, sanidad y prestaciones familiares incluso aunque se muden a otro Estado miembro. Además, Londres se compromete a crear un procedimiento para obtener el “estatus de asentado” en Reino Unido con un coste similar al que pagan los británicos por documentos similares, de unos 80 euros.

Las garantías quedarán recogidas en el Tratado de Salida, que será incorporado también a la legislación británica, mientras que Reino Unido creará una autoridad independiente para garantizar los derechos de los ciudadanos. El pacto garantiza que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) será el árbitro a la hora de interpretar la legislación comunitaria. Esto significa que los tribunales y jueces británicos tendrán que seguir las decisiones del Tribunal de la UE. Es decir, cuando exista jurisprudencia sobre un asunto, los jueces británicos deberán tomarla en cuenta. Cuando no exista, el juez británico tendrá la posibilidad de plantear una pregunta prejudicial al TJUE, un mecanismo que será válido durante un periodo de ocho años, un plazo que en Bruselas consideran “razonable” para construir una jurisprudencia coherente.

3 / No habrá "frontera dura" con Irlanda

Londres y Bruselas se comprometen a evitar el regreso de “una frontera dura” entre Irlanda e Irlanda del norte. Esto significa que, si no se encuentra otra solución en los próximos meses, Irlanda del Norte seguirá dentro de la Unión aduanera y el mercado interno de la UE para apoyar la cooperación entre el norte y el sur, la economía de la isla y proteger el Acuerdo de Paz de Viernes Santo. Además, los ciudadanos que residen en Irlanda del norte que sean ciudadanos irlandeses seguirán disfrutando de sus derechos como ciudadanos de la UE y Reino Unido se compromete a permitir la continuación del área común de viajes.

“Ahora necesitamos desarrollar soluciones creativas que funcionen”, ha explicado el negociador europeo, Michel Barnier. “Para tener éxito no solo necesitamos ser flexibles e imaginativos sino mostrar un sentido colectivo de responsabilidad”, ha recordado insistiendo en que cualquier negociación final deberá respetar la integridad del mercado único y la unión aduanera.