Crece la preocupación por lo que haya podido sucederle al principal líder de la oposición en Rusia, Alekséi Navalni, ingresado el domingo en un hospital moscovita aquejado de lo que inicialmente se dijo que era una «alergia». Olga Mijailova, abogada del bloguero, aseguró sin cortapisas frente a la misma puerta del centro médico que su cliente había sido «envenenado» por «una sustancia química desconocida». Pese a las protestas de Anastasia Vasilieva, la doctora personal de Navalni, éste fue dado de alta por los médicos oficiales a primera hora de la tarde de ayer y enviado de vuelta a la cárcel.

Horas antes de tan contundentes acusaciones, en una publicación en Facebook autorizada por el propio bloguero encarcelado, Vasilieva daba cuenta de los rocambolescos sucesos que acontecieron en el hospital V.V. Vinogradov desde el ingreso del activista: la terapeuta no pudo en ningún momento examinar a su cliente y tan solo le permitieron verle a través de una puerta. Yaroslav Ashijmin, terapeuta, cardiólogo y conocedor también de su expediente médico, tampoco tuvo acceso a él.

La dirección de la clínica está «en manos de la doctora Olga Sharápova», que a su vez es «diputada en la asamblea municipal de Moscú por Rusia Unida», el partido gubernamental.

La web Mediazona publicó que la doctora Vasilieva consiguió muestras del pelo de Navalni y una camiseta para que sean examinados «de forma independiente, posiblemente en Europa». El día anterior, cuando Navalni fue ingresado víctima, en principio, de una «alergia», su portavoz, Kira Iarmish, quiso destacar que jamás había sufrido una dolencia semejante. Además, según se ha sabido en las últimas horas, los guardas que le custodiaban desde su condena a 30 días de cárcel se negaban a permitir la salida del paciente hacia el hospital, y solo cedieron cuando el personal paramédico amenazó con un escándalo.