Las fuerzas de seguridad francesas mataron ayer a un hombre de 39 años que intentó arrebatarle un fusil de asalto a una militar integrada en la patrulla de la llamada operación Centinela. Los hechos tuvieron lugar a las 8.30 horas en el hall 1 de la terminal sur del aeropuerto de Orly, en el sureste de París, que fue evacuado por razones de seguridad.

Unas 3.000 personas se vieron obligadas a abandonar el recinto en un ambiente de calma, aunque con el susto en el cuerpo. No hubo heridos entre los pasajeros y los artificieros de la policía desplegados en la zona no hallaron rastro de explosivos.

El agresor es un francés de origen tunecino, Ziyed Ben Belgacem, fichado por la policía por delitos comunes, básicamente por tráfico de drogas y robo a mano armada, cuyo expediente no figuraba en el fichero S (de los sospechosos de terrorismo), sino en el fichero J (buscado por la policía judicial).

Según explicó en rueda de prensa el fiscal antiterrorista de París, François Molins, Belgacem se había radicalizado en prisión y, tras los atentados del 13 de noviembre en París, fue objeto de un registro administrativo en el marco del estado de emergencia que no arrojó pruebas en su contra. Molins añadió que el agresor llevaba a un revolver y una bolsa con un bidón de gasolina que dejó en el suelo en el momento en que intentaba quitarle el arma a la militar que patrullaba junto a otros dos colegas.

«MORIR POR ALÁ» / Durante un forcejeo, que duró algo más de dos minutos, les dijo: «Entregad las armas, levantad las manos. Estoy aquí para morir por Alá. De todas formas habrá muertos». Entre los objetos que llevaba consigo, la policía ha encontrado un Corán, un paquete de tabaco, un mechero y 350 euros. El domicilio del individuo fue registrado y se detuvo a tres personas: el padre, un hermano y un primo que se presentó voluntariamente ante los agentes.

El violento recorrido del agresor comenzó a las 6.55 de la mañana cuando protagonizó otro incidente al abrir fuego contra dos agentes en un control policial en Garges lès Gonesse, cerca de Seine Saint Denis, al norte de la capital francesa.

Al presentar su documentación disparó con una pistola hiriendo levemente a un policía en la cabeza y dándose a la fuga a bordo de un Renault Clio negro que abandonó en Vitry sur Seine, donde también fue visto robando un coche y entrando en un bar amenazando con cometer secuestros en nombre de Alá. Antes de llegar al aeropuerto hizo una llamada a su padre y su hermano para decirles que «había hecho una tontería». Una vez en el hall de Orly atacó a la militar con un arma blanca en la mano derecha mientras que con la izquierda la forzó a moverse hacia atrás para usarla como un escudo humano mientras le apuntaba con un revolver en la sien, detalló el fiscal.

Finalmente fue un militar quien lo neutralizó efectuando varios disparos. «Teniendo en cuenta la violencia de las imágenes estaba decidido a ir hasta el final», ha resumido Molins.

PERSIANAS BAJADAS / «Escuché gritos y vi a los militares que sujetaban a una persona. Un hombre había cogido por el cuello a la militar y amenazaba a los otros dos militares con el fusil de la mujer, que le intentaba quitar. Nos alejamos bajando las escaleras y fue cuando escuché disparos», relató un testigo a Afp.

Otro viajero que esperaba para embarcar en un vuelo hacia Berlín señaló a France Info que se percató de que algo serio pasaba cuando vio movimiento, gente correr por los pasillos y que las tiendas bajaban las persianas.

«La gente de las tiendas nos pidió que saliéramos y que nos dirigiéramos todos hacia una sala de espera. Luego fuimos evacuados».