Para analizar el mal arranque liguero de este Córdoba valen todos los datos. Ninguno es válido por sí mismo, aunque muchos de ellos, combinados, pueden dirigir la vista hacia la solución de al menos alguno de los problemas que aquejan al conjunto blanquiverde. Sobre todo si se le compara con el equipo de la temporada pasada, aquella en la que con Sandoval al frente hizo nada menos que dos puntos por partido de media. Muchos factores se entrecruzaron para que aquel Córdoba que parecía muerto en enero estuviera dentro de la pelea por la salvación en abril y que, finalmente, lograra la permanencia. Defensivamente, aquel Córdoba -con todos los males que arrastró durante toda la temporada, sobre todo antes de la llegada del de Humanes- recuperó mucho terreno perdido con respecto a la primera fase de la temporada. Al final de la 2017/18, el Córdoba era el undécimo equipo en la estadística de disparos en contra, 436 en total, para una media de 9,85 por partido. El promedio del campeonato cerró en 10,16 disparos por partido, por lo que se situó justo por debajo de la media. En la actualidad, el conjunto blanquiverde es el cuarto equipo que más disparos en contra recibe, 55, para un promedio de 10,29 por encuentro, cuando la media en Segunda está actualmente en 9,75. En los duelos defensivos también ha experimentado este Córdoba una sensible pérdida con respecto a hace unos meses. En la actualidad, el Córdoba es el cuarto en esta estadística, con casi 66 duelos defensivos por encuentro y con un porcentaje de éxito del 20,23%. La pasada temporada firmaba los mismos duelos, 66,02%, aunque con un porcentaje de éxito mayor: 21,38%. En balones interceptados, el Córdoba de la 2017/18 fue el sexto que más realizó, con un 19% por encuentro, mientras que fue el tercero al que menos interceptaciones de balón le hicieron, un 14% por encuentro, sólo superado por el Granada (11,6) y Reus (13,3). Los balones interceptados en la actualidad es del 11,8% (siete puntos menos) y le interceptan un 18,2% (más de cuatro puntos porcentuales más).

Asimismo, el Córdoba actual es el quinto equipo de Segunda que más balones pierde 558, para una media de 104,4 por encuentro, mientras que la 2017/18 la cerró como el sexto equipo que menos balones perdía, 98,9 por encuentro para un total de 4.382. Quizás uno de los cambios de criterio del Córdoba de hace unos meses al actual se centre en la posesión. Entonces, el blanquiverde estaba en el puesto 11 en porcentaje de posesión de balón. No se podía decir que aquel Córdoba no quisiera el balón, pero tampoco que abusara de él y promedió un 50,6% de posesión de balón. En la actualidad, el Córdoba es el segundo equipo que más posesión tiene, un 54,9%, sólo superado por el Lugo, con un 56,2%. Podría pensarse que tanta posesión le hace ganar en ataque, pero nada más lejos de la realidad. La pasada campaña, el Córdoba finalizó en la quinta posición en la estadística de pases en profundidad, con un total de 349, con casi 8 por encuentro y casi un 25% de precisión. En la actualidad, el conjunto blanquiverde ocupa la decimocuarta posición en esa estadística, en donde promedia cinco pases y medio por encuentro (casi tres menos), manteniendo prácticamente la misma efectividad. Esta estadística lleva, por lógica, a la siguiente, la de los ataques en profundidad. El Córdoba de la 2017/18 se situó en la quinta posición de esta tabla, con casi 350 en el total del año, casi ocho por encuentro y una precisión de casi el 84%. En la actualidad cae al puesto 11, con cinco por encuentro y un 78% de precisión.

La caída en las estadísticas del equipo en el análisis defensivo y ofensivo de este Córdoba con respecto al de la pasada temporada (en la que se incluía, lógicamente, la etapa anterior a Sandoval) es notoria. Podría pensarse, en lógica, que está costando ensamblar a un nuevo equipo, ya que apenas la mitad de la plantilla procede de la pasada campaña (13 de 25): Fernández, Loureiro, Quintanilla, Valentín, Aythami, Galán, Vallejo, Bambock, Javi Lara, Álvaro Aguado, Quim Araújo, Alfaro y Jovanovic, que representan el 52% del plantel. Sin embargo, ese 52% acapara el 85,45% de la titularidad del Córdoba actual. En las dos primeras jornadas de Liga el once al completo estuvo compuesto por futbolistas que ya estaban la temporada pasada. En la tercera jornada, Carlos Abad, Piovaccari y Quezada rompieron esa tendencia, que volvió a reducirse en la cuarta, ya que sólo Carlos Abad y Erik Expósito saltaron de inicio como caras nuevas llegadas en verano. En la última jornada, en Málaga, además de Carlos Abad, Blati y Andrés Martín (aunque entrenó en alguna ocasión la pasada campaña) eran las novedades con respecto a hace unos meses. También podría deducirse que los recién llegados han ido teniendo minutos, pero los números vuelven a avisar de que no tantos como podría pensarse: el 81,8% de los minutos han sido para jugadores que ya estaban la pasada campaña, por lo que sólo el 18,2% del tiempo (mucho de él para Carlos Abad) ha sido para los nuevos.

Tanto es así que a pesar de que las recientes incorporaciones han sido siete, uno de ellos, Luis Muñoz, ni tan siquiera ha debutado en Liga. Quezada a duras penas sobrepasa los 100 minutos de competición, mientras que Jaime Romero suma tan sólo 30 minutos más que De las Cuevas (41). De hecho, Erik Expósito acumula seis minutos menos que Andrés Martín, que la pasada temporada finalizó su etapa juvenil. Alfaro (373) o Aguado (360) suman más minutos individualmente que Romero, De las Cuevas, Erik Expósito, Luis Muñoz y Andrés Martín juntos. Un Córdoba con casi la misma cara que hace unos meses pero que, sin embargo, obliga a pensar en cómo hemos cambiado.