La boda del año no para de generar novedades. A poca horas de que Meghan Markle y el príncipe Enrique de Inglaterra se den el sí quiero, todas las miradas miran ya hacia el castillo de Windsor. Tras la crisis desatada por el padre de la novia, Thomas Markle, que se ha tenido que quitar de en medio tras desvelarse que hizo tratos con un paparazzo, una tensa calma no exenta de júbilo rodea los últimos preparativos del enlace. La primera ministra británica, Theresa May, aprovechó ayer la sesión semanal de preguntas a las que se enfrenta cada miércoles en el Parlamento británico para dar la enhorabuena al príncipe Enrique y su prometida, a quienes deseó «lo mejor para el futuro». El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, se unió a la felicitación de la premier conservadora y manifestó sus «buenos deseos» a la pareja.

Por otra parte, el palacio de Kensington, residencia oficial de los hijos del príncipe Carlos, anunció ayer que los dos hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge, de cuatro años, y la princesa Carlota, de tres, ejercerán de paje y dama de honor en la boda de su tío. No será la primera vez pues los hijos de Guillermo y Catalina ya lo hicieron en la boda de su tía Pippa Middleton con James Matthews, el 20 de mayo de 2017.

Jorge y Carlota -cuyo hermano el príncipe Luis, que nació el pasado 23 de abril, se quedará en casa el día del enlace- irán acompañados de otros ocho niños y niñas. Serán los ahijados del príncipe Enrique, Florene van Cutsem, de tres años; Zaile Warren, de dos, y Jasper Dyer, de seis, y los ahijados de Meghan Markle, Remmi y Rylan Litt, de seis y siete años, respectivamente.

Completarán la comitiva los gemelos Brian y John Mulroney, de siete años, y su hermana Ivy, de cuatro, nietos del ex primer ministro canadiense Brian Mulroney.

Eso sí, Kensington seguía sin aclarar ayer quién acompañaráa la novia al altar, ya que parece improbable que sea su progenitor. Las dudas sobre su asistencia comenzaron el martes cuando el portal estadounidense TMZ, especializado en noticias de famosos, aseguraba que Thomas Markle habría decidido no acudir por la polémica suscitada a raíz de unas fotografías que habría pactado con un paparazzo a cambio de dinero.

PROBLEMA DE CORAZÓN / Poco después el portal aseguraba que Thomas Markle, de 73 años, habría reconsiderado su decisión por la insistencia de su hija, para en seguida volver a afirmar que definitivamente no acudiría porque debía someterse ayer mismo a una operación tras haber sufrido hace días un ataque al corazón.

El portal americano apuntó asimismo que Markle culpa a su hijo Thomas Markle Jr, que no ha sido invitado a la boda, de sus problemas de salud por la misiva que dirigió al príncipe Enrique advirtiéndole de que no se casara con su hermana. El palacio de Kensington no ha confirmado ni desmentido esas informaciones y se limitó a pedir «respeto»» y «comprensión» para Thomas Markle ante una «difícil» situación.

En caso de que finalmente Thomas Markle no acuda al evento, los medios británicos apuntan a que sería su madre, Doria Ragland, de 61 años y de raza negra, quien la acompañaría hasta el altar. Estaba previsto que Ragland, aterrizara ayer mismo en el aeropuerto de Heathrow de la capital británica, ya que al parecer conocerá poco antes del enlace a su nueva familia política, entre ellos a la reina Isabel II.