Días después de que estallara el escándalo sexual del productor de cine Harvey Weinstein y, poco después, el del actor Kevin Spacey, ambos decidieron poner tierra de por medio para intentar reconducir su adicción al sexo, que es a lo que parecen culpar su conducta. Ambos están en una clínica de rehabilitación en el estado de Arizona, en el sureste de Estados Unidos.

Ingresaron a principios de noviembre en The Meadows, una clínica especializada en el tratamiento de adicciones cuyo coste mensual ronda los 36.000 euros. No son los únicos rostros conocidos que han pasado por este centro. El golfista Tiger Woods, las modelos Elle MacPherson y Kate Moss o la cantante y actriz Selena Gomez, también han estado en algún momento de sus vidas por este centro, aunque no por el mismo motivo que Weinstein y Spacey, sino para superar problemas relacionados con el consumo de alcohol y drogas.

De su día a día en este centro poco se sabía, pero el portal Us Weekly acaba de publicar las primeras imágenes del protagonista de la serie House of cards -Netflix ha prescindido de su actor principal y la sexta temporada está en el aire- en su retiro. En las imágenes se puede ver al actor, de 58 años, con ropa deportiva y camuflado bajo unas gafas de sol y una gorra dentro de las instalaciones de la clínica. Según el mismo medio, el actor participa en los cursos de yoga, da paseos a caballo y nada en la piscina.

Quien parece que no está colaborando en su rehabilitación es el productor Harvey Weinstein. Según el portal Page Six, el magnate se queda dormido durante las sesiones o responde al móvil, que por cierto está prohibido dentro del recinto. Además estaría alojado en un hotel fuera del recinto de la clínica. A Weinstein se le vio hace unos días en un restaurante en Phoenix, la principal ciudad de Arizona, a una hora de la clínica. Iba camuflado con peluca.

Por lo que parece, el promotor Weinstein insiste en que el sexo que practicó con las mujeres que ahora lo acusan, y que no son unas pocas sino decenas, fue consentido. «En una sesión de terapia, Harvey llegó 15 minutos tarde. Y cuando era su turno para hablar, empezó a dar un discurso diciendo que todo de lo que se le acusa es una conspiración contra él. Reconoce que se portó fatal, pero aun así, insiste en que no es un violador», asegura Page Six.