Scarlett Johansson parece resignada a que su rostro aparezca en vídeos de contenido pornográfico. Y es que la intérprete neoyorquina, de 34 años, se ha convertido en protagonista involuntaria de una serie de películas para adultos que utilizan su rostro, lo que se conoce como deepfake (absolutamente falso). Y no ella únicamente. La técnica hoy permite que un software cree vídeos para adultos falsos con el rostro de celebridades y solo en un año, la protagonista de 'Los vengadores' ha sido víctima de este montaje más de una decena de veces.

"Es inútil el intentar perseguir esto de forma legal, sobre todo considerando que Internet es un vasto agujero oscuro que se come a sí mismo", asegura la actriz en una entrevista publicada en el diario The Washington Post. "No hay nada que pueda evitar que alguien corte y pegue una imagen mía o de cualquiera, ponerla en un cuerpo diferente y hacerlo parecer lo más realista posible. Tratar de protegerte de Internet y su depravación es una causa perdida", asegura, aunque también tiene claro una cosa: "Por más denigrante que esto sea, lo cierto es que no me afecta tanto como la gente asume, porque la verdad es que no soy yo en una película porno".

El último software en ponerse en cuestión es el que ha creado un usuario de la plataforma Reddit capaz de intercambiar a la perfección caras de 'pornostars' en acción por las de celebridades como Scarlett Johansson, pero también Emma Watson, Taylor Swift, Gal Gadot o Maisie Williams, entre otras.

Según 'The Washington Post', las medidas legales que tienen las famosas afectadas son escasas. Se trata de creaciones nuevas difíciles de rastrear que usan fotografías públicas y algoritmos. "El sexo vende y cualquier hacker puede robarte la contraseña y tu identidad" advierte Scarlett."

Ella lo sabe bien. En 2011 fue una de las más de 50 estrellas de cine cuyas fotografías personales fueron filtradas por un 'hacker' llamado Cristopher Chaney. En una de ellas la actriz aparecía desnuda y corrió por las redes. La sentencia aquella vez para el pirata informático fueron 10 años de prisión y una multa de 76.000 dólares.