Ana Vela Rubio, la anciana que, con 115 años y 181 días, es la persona más longeva de Europa y la cuarta del mundo, ha recibido hoy una rosa y un típico dragón de Gaudí como regalo de la Generalitat "por transmitir los valores que sirven de ejemplo a la ciudadanía".

La consellera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat, Dolors Bassa, ha sido la encargada de dar el obsequio a la anciana, que padece demencia senil y ya no puede andar, y que, con una leve sonrisa, ha sostenido los regalos sobre su regazo en la silla de ruedas que necesita para desplazarse.

Unos pocos periodistas han sido testigos de un momento íntimo y emotivo celebrado en la residencia pública La Verneda de Barcelona, donde Ana Vela (Puente Genil, Córdoba, 29 de octubre de 1901) vive desde hace nueve años, cuando la salud de su única hija viva, actualmente de 89 años, empezó a flaquear.

Ana es la persona más anciana de Europa, la cuarta del mundo tras otras tres mujeres -una jamaicana y dos japonesas- y la española que ha vivido más años desde que se tienen registros.

La residencia celebraba hoy el inicio de la Feria de Abril y han invitado a actuar a un grupo de sevillanas del barrio, que ha amenizado una mañana dedicada a la longeva anciana, a la que han obsequiado también con un ramo de flores, sacándola de su monótona rutina: levantarla cada día a las 10.00 de la mañana, salir en su silla de ruedas a tomar el sol al patio, comer y acostarse pronto.

Ana Vela, que no recibe apenas estímulos externos, sostenía el ramo entre las manos, mientras los 80 residentes del centro, algunos acompañados de sus nietos, aplaudían el gesto.

La única hija viva de Vela, que tiene 89 años, no ha podido asistir hoy al acto porque está ingresada con alzhéimer en otra residencia, mientras que su nieto, única persona que la visita de vez en cuando, no ha podido acudir.

La anciana cordobesa, que fue modista, llegó a Barcelona en los años 40 y desde 2008 vive en la residencia geriátrica pública de La Verneda de Barcelona, donde actualmente viven también tres personas por encima de los 100 años, una con 102, otra con 103 y otra con 104, lejos de los 115 de récord de Ana Vela, que ha alcanzado una edad jamás vista en España.

A los 103 años de edad, Vela ingresó en el centro de día de la misma residencia, porque su única hija viva -de los cuatro que tenía- fue diagnosticada de alzhéimer y "empezaba a necesitar cuidados básicos", ha explicado a Efe la coordinadora del Área Psicosocial de la Residencia, María Rosa Martín.

"Recuerdo que Ana entraba y salía con su bastón, cogía el diario y se pasaba horas repasando la actualidad", ha recordado la psicóloga, que ha asegurado que la anciana, "que era muy coqueta", no recibe trato prioritario por ser tan anciana respecto el resto de los internos.

En el centro se llevan a cabo distintas actividades para estimular la capacidad cognitiva de los residentes, como talleres de memoria, de conversación o, la preferida de Ana Vela, la musicoterapia.

Martín ha recordado que a Ana Vela le encantaba cantar y animaba a sus compañeros a que lo hicieran. Además, "su carácter tan fuerte" ponía a más de uno en un aprieto si se negaba a actuar con la cordobesa, ha dicho. "Nunca se pone enferma, tiene mucho apetito y come de todo, aunque triturado", ha detallado.