Las personas que visitaron el martes la catedral de Strängnäs, cerca de Estocolmo vieron a dos hombres salir a la carrera con dos coronas y una orbe del siglo XVII de incalculable valor. Los ladrones llegaron hasta el lago Mälaren, donde cogieron una lancha, y se les perdió la pista. Las coronas están hechas de oro y decorada con joyas, plata y perlas. La policía sueca advierte de las dificultades que hay para colocar estas piezas en el mercado.