Beyoncé es mucha Beyoncé. Por eso cuando Vogue USA, es decir Anne Wintour, le propuso ser portada del número más importante del año de la biblia de la moda, el de septiembre, cuajadito de anuncios de marcas de lujo, ella marcó sus mandamientos y hasta su propio evangelio. Como una de las mujeres más todopoderosas del show business -da igual si sola o en compañía de su «soldado», el rapero Jay Z, con el que este verano está de gira matrimonial-, quería libertad total. Y hacer historia.

Por eso ha sido ella misma quien ha elegido al fotógrafo que la ha retratado y, lejos de tirar de un nombre de relumbrón, ha ungido al joven Tyler Mitchell, de 23 años, que será conocido a partir de ahora como el primer negro que realiza no una, sino dos portadas de la icónica cabecera. ¡Por primera vez en los 126 años de historia de la revista! «Cuando empecé, hace 21 años -explica Beyoncé en la publicación-, me dijeron que sería difícil que consiguiese portadas de revistas porque la gente negra no vende. Así que ahora es muy importante para mí ayudar a abrir las puertas a jóvenes artistas. Existen tantas barreras culturales y sociales que me gusta hacer lo que pueda para nivelar el campo de juego, para presentar un punto de vista diferente, para que la gente sienta que sus voces importan».

EN PRIMERA PERSONA / Pero las condiciones de Beyoncé fueron todavía más allá, porque más que conceder una entrevista al uso, tipo pregunta respuesta, lo que ha hecho la diva -y ha acatado Wintour, la poderosa editora de la revista- es escribir en primer persona el artículo principal, que son una serie de reflexiones que abordan desde su parto con cesárea hasta el pasado como esclavos de sus ancestros. La artista relata abiertamente la diferencia entre el embarazo de su primera hija, Blue Ivy, y el de sus mellizos, Rumi y Sir. Mientras que con la primera se apresuró a recuperar su cuerpo preembarazo, en la segunda ocasión decidió tomarse las cosas con calma, sobre todo porque tuvo que someterse a una cesárea de urgencia. «Acepté lo que mi cuerpo quería. Fui paciente conmigo misma y disfruté de mis curvas. Mis hijos y mi marido también lo hicieron. Hasta hoy mis brazos, mis pechos y mis piernas están más llenos. Tengo una pequeña barriga de madre y no tengo ninguna prisa por librarme de ella», asegura. Por eso quiso también que las fotos de la sesión para Vogue USA fueran más naturales de lo que acostumbra la publicación. «Es importante que mujeres y hombres aprecien la belleza de sus cuerpos naturales. Por eso me deshice de pelucas y extensiones y me maquillé muy poco para este reportaje», argumenta.

ANCESTROS / La artista tejana de 36 años escribe también en primera persona de su pasado. «Investigué acerca de mis ancestros recientemente y descubrí que procedo de un dueño de esclavos que se enamoró y se casó con una esclava». También de cómo preparó sus participación en el festival de Coachella y del tour On the run II junto a su marido, Jay-Z, una gira de casi 50 conciertos por todo el mundo que comenzaron el 6 de junio en Cardiff y acabará el 4 de octubre en Seattle.

Beyoncé habla asimismo de su marido: «Estoy orgullosa de haber sido testigo de su fortaleza y evolución como hombre, como mejor amigo y como padre». Y de sus hijos: «Como madre de dos niñas, es importante para mí que se vean a sí mismas también en libros, películas y pasarelas. Que se vean como CEO y jefas, y que sepan que pueden escribir el guión de sus propias vidas, que pueden dar su opinión. No tienen que ser de cierta manera o encajar en una categoría específica. No tienen que ser políticamente correctas, mientras sean auténticas, respetuosas, compasivas y empáticas. En cuanto a mi hijo, espero enseñarle que no caiga víctima de lo que Internet dice que debería ser o cómo debería ser».