La casa de moda Oscar de la Renta ha presentado hoy en la Semana de la Moda de Nueva York su colección de otoño de este año, caracterizada por diseños femeninos y floreados y un gran abanico de texturas en un guiño a la región española de Andalucía. El escenario por el que han desfilado sus modelos ha estado presidido por los arcos bicolores de la Mezquita-Catedral de Córdoba, informa Efe.

Celebrado en el edificio Cunard, de estilo neorenacentista y situado en el corazón del distrito financiero de Wall Street, las modelos de Oscar de la Renta desfilaron por un escenario repleto de plantas y arcos de herradura bicolores, similares a los que se pueden ver en monumentos andaluces como la Mezquita de Córdoba.

La firma, cuya dirección creativa está en manos de Fernando García, de madre española, y Laura Kim, de origen coreano, se decantó para su nueva colección por vestidos femeninos que estilizan la figura de la mujer, ajustados al torso y cintura con flecos, elegantes calados de motivos vegetales o coloridos bordados florales.

El terciopelo, una de las tendencias del momento, estuvo muy presente en la propuesta de estos dos diseñadores, pareja además en la vida real, especialmente en negro azabache y en burdeos, que utilizaron para confeccionar trajes de cocktail y de gala.

La pieza por la que es más conocida la marca, el vestido de alfombra roja, fue una vez más la que centró todas las miradas, en especial el que exhibió la supermodelo Bella Hadid, un palabra de honor en terciopelo y tul negro cuya majestuosidad acentuaba su gran falda y cola.

Un dramático vestido de ligeras plumas blancas de avestruz, por encima de la rodilla en la zona frontal que, sin embargo, arrastraba por la alfombra de la pasarela en la parte trasera, fue admirado también por los asistentes, entre los que se encontraban la actriz Natalia Dyer, la modelo Karolina Kurkova, o la celebridad Nicky Hilton.

Los abrigos de tapices florales, los ponchos de patchwork, voluminosos collares dorados, trajes de chaqueta en naranja ocre, y pequeños y originales bolsos de mano, como el que se vio en forma de farolillo metálico, completaban la colección.