Hay una fotografía icónica que para la historia de la moda certifica el inicio de una nueva etapa. Es la que reunió a Linda Evangelista, Christy Turlington, Naomi Campbell, Cindy Crawford y Tatjana Patitz en una portada para la edición británica de Vogue en 1990 y que advertía al mundo de la irrupción en la industria y en la cultura popular del fenómeno de las top models. Detrás de la cámara estaba Peter Lindbergh, el fotógrafo cuya vida el martes pasado se fundía en negro a los 74 años, según anunciaba su estudio. Deja mujer, Petra, cuatro hijos y siete nietos.

El estilo de Lindbergh (Lissa, Polonia, 1944) es inconfundible y a contracorriente de las tendencias del papel cuché. La mayoría de sus retratos, publicados en las principales revistas de moda, representaban una belleza sin aderezos ni artificios, muchas eran imágenes en blanco y negro, casi con una vocación de documental. A él no le interesaba la ropa que promocionara la modelo o actriz que tuviera delante, y las ha tenido a todas: solo quería captar un momento de verdad en la mirada y en el gesto. Prueba de ello es que sus fotos pasan la prueba del tiempo.

«Para mí, la belleza reside en la valentía para ser quien eres. Pero nos bombardean con imágenes idiotas de mujeres idénticas que hacen a la gente infeliz. Y yo me harté de ese empeño en convencerlas de que deben parecer eternamente jóvenes. Con Photoshop se crean robots, como si fuera una ventaja medir 1,80 metros y pesar 45 kilos. Esa norma nos lleva al fin de la civilización», explicaba en una entrevista el autor, entre otras muchas, de la famosa campaña del Eternity de Calvin Klein en 1995.

De orígenes humildes, hijo de un vendedor de caramelos, pasó su infancia en Duisburgo y estudió Bellas Artes en Berlín en los años 60. En 1978 hizo un viaje en autostop a Arlés, siguiendo los pasos de su admirado Van Gogh, y ese mismo año se instaló en París, donde ha mantenido su estudio durante 40 años.

Estuvo trabajando hasta prácticamente el final. La última portada que lleva su firma es precisamente la del número de septiembre de Vogue, en la que Meghan Markle, la duquesa de Sussex, ha sido editora invitada y donde ha fotografiado a 15 mujeres bajo el epígrafe Forces for change. Suya es también la que protagonizó Rosalía en Vogue España el pasado agosto. Y la foto oficial de la boda de Marta Ortega y Roberto Torreta. «Compartimos tantos mágicos momentos. Echaré de menos tu talento y tu genio, tu sentido del humor y tu gran corazón», escribió Penélope Cruz.