Después de pasar unos días por las maravillas caribeñas de Antigua y Barbuda, Leo Messi y su familia continúan estirando el descanso. Este fin de semana se les vio en Ibiza, donde entre otras actividades presenciaron un concierto de Ozuna, otro reguetonero de moda, aunque la velada acabó un poco oscurecida por un conato de pelea, cuando un individuo, según algunos testigos, se dirigió de malos modos al 10 del Barça. Ante el mosqueo de Messi, y visto el riesgo de que el asunto pasara a mayores, el personal de seguridad del local, la discoteca Ushuaia, medió y se acabó el incidente.

El argentino ha quitado hierro a esa situación con un mensaje en su cuenta de Instagram: "Gran noche ayer en Ibiza con amigos. Ya nos queda menos para volver. Y no den bola a cualquier cosa que lean por ahí que no tiene nada que ver con la realidad, que todo fue genial anoche y todo el mundo nos trató increíble, como siempre! #Fake News ".

Messi estaba con su esposa, Antonela, y dos compañeros de equipo, Luis Suárez y Jordi Alba (este, recién llegado de Japón), acompañados por sus respectivas parejas. También se unió a ellos otro habitual de la pandilla, el exazulgrana Cesc Fàbregas, ahora jugador del Mónaco, y su mujer, además de la hija mayor de esta, fruto de su anterior matrimonio. Junto a ellos también estaba Pepe Costa, inseparable sombra protectora de Messi.