El fenómeno del verano en el Reino Unido ha sido Love Island. Un reality show de la cadena ITV, en el que 12 solteros y solteras conviven aislados en una lujosa villa en Mallorca. Durante el programa algunos son expulsados y el resto aspira a que salte la chispa del amor y ser rico y famoso.

La cuarta temporada comenzó el pasado el 4 de junio y terminó en la noche del lunes, 30 de julio, batiendo todos los récords de audiencia para el programa. Más de cuatro millones de británicos vieron como los favoritos, Dani Dyer de 22 años, actriz y estrella de reality, y Jack Fincham, de 26, encargado de productos de papelería, se alzaban con el triunfo.

Love Island ha logrado arrastrar a una generación de jóvenes entre 16 y 34 años, que se creía perdida para la televisión tradicional. Las cuitas amorosas y el quién se acuesta con quién, han conseguido sentar frente al televisor durante dos meses, a las nueve en punto de la noche, seis días a la semana (excepto sábados), a unas de las audiencias más inalcanzables. La Isla del Amor es el mayor éxito entre los telespectadores más jóvenes, exceptuando el fútbol del Mundial.

El reality se ha convertido en una obsesión nacional y un debate interminable. Love Island es para unos, gente hortera, besuqueándose hasta el aburrimiento, con cuerpos (todos delgados, nunca se les ve comer), que son el estereotipo acartonado de la feminidad y la masculinidad. Rotundos traseros para ellas, abdominales perfectos para ellos. Otros ven en el programa un experimento social sobre la atracción entre los sexos y el reflejo de los prejuicios que perduran.

Sin el alimento incesante de las redes sociales y sus bajos instintos misóginos Love Island no sería lo que es. A la hora de gozar del sexo, a ellas las insultan cuando revelan con cuántos hombres se han acostado, o lo bien que lo pasan en la cama. Ellos despiertan admiración cuando se vanaglorian de sus conquistas. Un concursante llegó a contar que había dormido con 200 mujeres.

Pero no todo es amor. La pareja ganadora se va a repartir un premio en metálico de 50.000 libras (56.0678 euros). Un aperitivo de lo que podrán embolsarse. Los consultores de la firma Frontier Economics estiman que los concursantes que han permanecido en la villa hasta el final de la serie pueden ganar unos 2,3 millones de libras (2,58 millones de euros) a lo largo de los próximos cinco años.