Kit Harington, de 33 años, asegura en una entrevista que lloró el día que se quitó por fin de encima el vestuario de su personaje de Jon Nieve en la serie 'Juego de tronos', y aunque su sombra ha sido muy alargada y le perseguirá de por vida, quiere desmarcase de ese personaje del héroe masculino y torturado en sus próximos trabajos. "No creo que el mundo necesite más personajes así".

El actor británico considera además que ese rol está además caduco y ya no toca. Lo ha explicado a 'The Telegrah' y ha recordado que la suya fue una infancia en una casa muy abierta de miras. "Recuerdo que pedía un Action Man y me compraban una muñeca. Mi educación fue muy fluida en cuanto a género desde el principio". Kit admite que "idolatraba" a su madre, la dramaturga Deborah Jane Catesby, y que gracias a ella creció su pasión por el teatro. "Los hombres no acostumbramos a hablar de lo que sentimos por nuestra debilidad, porque no es masculino. Siento que emocionalmente tenemos un bloqueo, y ese bloqueo viene de la segunda guerra mundial, pasando de abuelo a padre a hijo", ha añadido el actor, que tiene pendiente, tras su fichaje por Marvel, el estreno 'Los Eternos', donde interpreta al Caballero Negro.

Su paso por 'Juego de tronos' estuvo marcado por su boda, hace dos años, con su compañera en el ficción Rose Leslie. Pero también por sus adicciones. Antes de la emisión del último episodio, Harington entró en una clínica de rehabilitación debido a sus problemas con el estrés y el alcohol tras finalizar el rodaje. Harington ha contado varias veces la presión que sintió y cómo empezó a hundirse bajo el estrés cuando su personaje se convirtió en el protagonista de la ficción. "Sentía que tenía que ser la persona más afortunada del mundo, cuando en realidad me sentía muy vulnerable. Pasé un mal momento en mi vida, como creo que le puede pasar a mucha gente a los 20 años. Empecé la terapia y comencé a hablar con la gente. Me había sentido muy inseguro y no estaba hablando con nadie. Tenía que sentirme muy agradecido por lo que tengo, pero me sentía increíblemente preocupado acerca de si podía siquiera actuar", reconoció entonces.