No hay artista más coqueto que Julio Iglesias, ni ninguno que lleve peor los efectos del paso del tiempo. Pero el tiempo pasa, y el cantante que logró domar a los fotógrafos para que siempre le retrataran por su lado bueno, el derecho, y que salió bufando de la consulta del cirujano plástico porque se negó a operarle con 40 años -lo cuenta su exmánager Alfredo Fraile en ‘Secretos confesables’ (Península), el libro en el que se basará el biopic que Disney prepara sobre el artista- cumple este domingo 75 años. Pocos para una figura mundial que conserva intacto su poder de convocatoria; muchos para alguien que hizo de la seducción su talismán y que acaba de convertirse en un 'latin lover' de platino.

Iglesias alcanza los tres cuartos de siglo envuelto en el misterio. Después de dos años alejado de los escenarios, reapareció el 10 de septiembre en Tashkent, capital de Uzbekistán, para cantar ante 5.000 personas, pero resulta imposible encontrar una imagen digna del recital. Su mujer, la holandesa Miranda Rijnsburger, ha contado a la prensa que Julio pasó las vacaciones en su finca de Ojén (Málaga), pero no hay ninguna foto suya de este verano en la Costa del Sol y el concierto que pensaba dar en Marbella a principios de agosto, finalmente lo canceló. Su imagen oficial más reciente es de la navidad, en la que sonríe mientras pasea a su perro en un carrito de golf en su casa de Miami.

EL RUNRÚN DE LA SALUD

La falta de información ha hecho crecer el runrún de sus posibles problemas de salud. La movilidad es su talón de Aquiles desde el accidente de tráfico que sufrió en la víspera de su 20 cumpleaños y siempre que desaparece del mapa se disparan las especulaciones a cuento de sus dificultades para caminar, aunque su única visita confirmada al quirófano por este problema fue en el 2015, cuando sufrió una operación de espalda. Sin más explicaciones ni declaraciones públicas que despejen las dudas, solo él sabe qué quiso decir cuando soltó al empezar su último recital: “No os podéis imaginar lo que significa estar de vuelta después de dos años, es maravilloso. Gracias a la fortaleza de mi mente y mi corazón”.

Lejos quedan los años en los que su retratista de cámara, el fotógrafo José María Castellví, le susurraba al oído cuando llegaba a un nuevo país: “Julio, una foto tuya con una mujer al lado es una portada”. Atraídas por ese imán, fueron muchas las que se retrataron a su vera, aunque solo unas pocas, como Sydne Rome, Virginia Sipl, ‘La Flaca’, Vaitiaré, Giannina Facio, o Priscilla Presley, alcanzaron la categoría de amante o novia oficial en los años locos de divorciado de oro que siguieron a su separación de Isabel Preysler. “A nosotros ya nos iba bien dar esa imagen de 'latin lover' para vender más discos. A menudo, yo mismo se lo recordaba: 'Julio, tú no cantas, tú seduces'”, recuerda Fraile.

Padre de cinco hijos de entre 11 y 21 años fruto de su actual matrimonio, aparte de los tres que tuvo con Isabel -y puede que uno más, si se confirma la demanda de paternidad que impuso contra él Javier Sánchez-, la vida de Julio Iglesias es hoy bien distinta a aquella de vino, rosas y camas revueltas. Su gps acostumbra a ubicarle entre sus mansiones de Miami -donde ha puesto a la venta el solar que albergó su primera vivienda en Estados Unidos-, República Dominicana -donde tiene su residencia fiscal- y Bahamas -donde anda de obras para instalar su próximo cuartel general.

LOS PRÓXIMOS CONCIERTOS Y... ¿ESPAÑA?

El 1 y 2 de octubre le esperan en Dubái, el 6 en Tel Aviv y el 17 en Moscú, sedes de sus próximos conciertos. “Julio no tiene ganas de complicarse la vida. Restringe las actuaciones y elige sitios donde sabe que se lo pondrán todo fácil”, dice su exmánager, quien habló con él antes del verano, tras décadas de silencio entre ambos, y asegura que le encontró “sereno, animado y contento”. ¿Habrá que descartar, entonces, un recital suyo en España? “No me lo imagino organizándolo, pero si alguien le preparara un 'show' por sus 50 años en la música acompañado por artistas que cantaron con él, como Plácido Domingo, Diana Ross o Willie Nelson, estoy seguro de que diría que sí. Es un homenaje que se merece, y que España le debe”, afirma Fraile.