Su voz profunda es una de las protagonistas del longevo concurso ‘Saber y ganar' (La 2). Tanto como su presentador, Jordi Hurtado, aunque la popularidad de Juanjo Cardenal no tenga rostro. Porque, en los 20 años que lleva desempeñando el papel del ‘sabio’ que hace las preguntas a los concursantes, solo ha aparecido ocasionalmente en pantalla. En este 20º aniversario le veremos soplar el pastel con el resto del equipo.

¿Le temblará la voz el día de la emisión en directo? No creo que esté nervioso, aunque supongo que un gusanillo quizá me haga alguna cosquilla.

¿Cómo se lleva eso de ser el sabio de 'Saber y ganar'? No solo no lo soy, sino que me falta mucho trecho. Ojalá un día llegue a ello. En el programa es el papel que me ha tocado en suerte desempeñar y estoy orgulloso de ello. Me obliga a curiosear cada día con mayor interés.

Durante 10 años fue voz sin rostro. Antes del décimo aniversario había aparecido formulando unas preguntas disfrazado de El hombre invisible, a lo H. G. Wells. Pero claro, salía con gabardina y la cara cubierta de vendajes. Y también como el tío Fausto, en una prueba. En ese papel yo no pronunciaba palabra para no ser reconocido. Después, he aparecido varias veces leyendo poesía o algunos textos dramáticos.

El frío del aire acondicionado del plató no le irá nada bien a su garganta... Sí, tengo que ir siempre con la braga puesta. Incluso en verano la llevo siempre en mi mochila.

¿Y qué hace cuando no está en las mejores condiciones físicas? A veces estás resfriado y la voz la tienes tomada, pero no pides perdón nunca. Porque si vas a grabar ese día cinco programas, no vas a estar en cada uno disculpándote. Y si tienes hemorroides, vienes con flotador al plató. Aquí no se para.

No me diga que en 20 años no ha faltado nunca. Solo un par de veces. Un día, porque me rompí un tobillo, pero, al día siguiente, vine escayolado. Y hace poco porque me operaron el tabique nasal. Solo fueron dos días, pero la gente me preguntaba qué me pasaba, porque como grabamos varios en un día, parece que fueran 20.

Seguro que ni se podían imaginar que el programa cumpliría 20 años. En la copa de cava de Navidad del segundo o tercer año de 'Saber y ganar', en el discurso que hizo el director dijo: "No quiero preocupar a nadie, porque llevamos tres años y esto no es normal. No quiero decir que se va a anular el programa, pero sabed que esto no va a durar eternamente". Por suerte, se equivocó..

¿Y por qué cree que engancha tanto? Es sencillo, sin grandes pretensiones… Quizá por eso. Es un programa blanco que premia el conocimiento y la cultura sin gran pomposidad. Nuestro concursante tiene curiosidad e inquietudes. No hablamos de logaritmos neperianos, aunque el nivel es altito. Y somos absolutamente respetuosos con la historia e intentamos ser objetivos a nivel cultural.

Parece muy artesanal. Sí. Totalmente. Y no hay guion. Lo que habla el señor Hurtado con el señor Cardenal es todo improvisado. No sabemos ni qué vamos a decir. Y con la experiencia sabes cuándo Jordi termina una frase por la cancioncilla.

Usted era periodista... Me inscribí en el Col·legi de Periodistes de Barcelona, cuando no existía la carrera de Periodismo. Porque yo soy un viejo lobo estepario. Pero como no realizaba ese trabajo, dejé de pagar las cuotas. Yo estudié Arte Dramático, Filosofía y Letras, Filosofía pura y me metí en la radio. Y de ahí pasé a la televisión. Piqué a la puerta de esta casa y, al cabo de una semana, empezó 'Si lo sé no vengo'. Con Sergi Schaaff y Jordi Hurtado.De eso hace casi 33 años.

¿Y sigue con ganas de cumplir más? Yo no pienso abandonar este barco hasta que me echen o hasta que mi capacidad física o intelectual no dé para más.

¿Le reconocen en la calle por la voz? Sí, una vez un señor me dijo: "Perdone, ¿es usted el que sa... el que no sale en 'Saber y Ganar'?".