Hubo un tiempo en el que el show de la Super Bowl era uno de los escenarios más deseados por las estrellas de la música, pero algo ha cambiado desde que explotó el escándalo de Colin Kaepernick, el jugador negro de fútbol americano que desafió al Gobierno de Trump hincando la rodilla en el césped mientras sonaba el himno nacional antes de los partidos.

Aquella actitud de protesta contra la política racista del presidente hizo que la derecha estadounidense se echara encima del deportista por atreverse a menospreciar un símbolo nacional, aunque también llevó a Nike a ficharlo para una de sus megacampañas publicitarias.

Pero con la NFL (National Football League) no se juega, sobre todo con tanto dinero sobre la mesa como genera este partido, así que la encargada de la organización de la Super Bowl pronto aprobó una nueva norma en la que advierte de que cualquier jugador que se atreva a hacer lo mismo en el futuro será sancionado.

LA MAYOR AUDIENCIA / Tras el alboroto mediático, Kaepernick se ha alejado del fútbol americano y en su momento artistas como Rihanna y Amy Schumer, en señal de apoyo, rechazaron la invitación de tocar en la cita deportiva con más audiencia del mundo. «No podía arriesgarme a participar en algo así. ¿Para que gane quién? Desde luego, no mi gente. Simplemente no podía venderme de esa manera. Hay cosas en esa organización con las que no estoy de acuerdo y no iba a ir allí a servirlos de ninguna manera», declaró en una entrevista con Vogue.

En la misma línea, Gloria Estefan calificó de «increíble» la participación, el 2 de febrero, de Jennifer López y Shakira en el espectáculo de la final de fútbol americano, y añadió que «no era necesaria» su presencia. «Esas mujeres van a incendiar el escenario, porque esas mujeres son ardientes», explicó al canal Entertainment Tonight. «¿Qué necesidad hay?», se preguntó la artista cubano-estadounidense al rechazar su actuación en el show que acogerá Miami.

«LA MEJOR PROTESTA» / Esas declaraciones no dejan demasiado bien a Jennifer López y a Shakira, que no han puesto ninguna pega para cantar en la Super Bowl. Las dos estrellas no han dudado en defenderse y consideran que su actuación «es la mejor protesta política» que pueden hacer contra el racismo.

La diva del Bronx argumentó el motivo de su decisión en unas declaraciones a la revista GQ. «Entiendo que haya gente que no quiera actuar en la Superbowl. Todo el mundo tiene derecho a tomar sus decisiones y a sentirse cómodo con lo que hacen. Pero yo lo veo como una plataforma fantástica, y una de las más grandes del mundo, para transmitir un mensaje al público», declaró la intérprete, que aseguró también que ha ensayado durante las últimas seis semanas para lograr «un show espectacular», ya que, no solo se trata de celebrar también el 100° Aniversario de la NFL, sino que se presentará en el espectáculo al lado de otra gran diva, Shakira.